Galicia prohibirá por ley la venta a menores de vapeadores y bebidas energéticas

La Xunta espera tener aprobada y en vigor antes de final de año la ley que prohibirá la venta a menores de vapeadores y bebidas energéticas, al equipararlos al tabaco y al alcohol, respectivamente. EFE/ Miguel Gutiérrez

Santiago de Compostela, 28 jul (EFE).- La Xunta espera tener aprobada y en vigor antes de final de año la ley que prohibirá la venta a menores de vapeadores y bebidas energéticas, al equipararlos al tabaco y al alcohol, respectivamente, con lo que Galicia será pionera en esta materia a nivel estatal.

Es una de las principales novedades del anteproyecto de ley de protección de la salud de las personas menores de edad y prevención de conductas adictivas, que se sometió a consulta pública en abril de 2021 y ha sido finalmente aprobado en el Consello de la Xunta de este lunes, antes de ser enviado al Parlamento para su tramitación.

Esta normativa es «amplia», «ambiciosa» y «transversal», según ha destacado el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, por lo que también «intensifica la lucha» contra el botellón, que pasará a ser sancionado por la Xunta en lugar de los ayuntamientos, e incluye medidas contra las adicciones sin sustancia, como los videojuegos o el juego en línea.

Caamaño ha asegurado que, con esta futura ley, Galicia se sitúa «a la vanguardia» en la prevención del tabaquismo, al equiparar el tabaco a los vapeadores, que fueron «consumidos alguna vez por más del 40 % de los menores de 14 años», y al ampliar la prohibición de fumar a un radio de 50 metros del acceso a edificios públicos, escolares y sanitarios, y en las paradas de transporte y piscinas públicas.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha puesto en valor que Galicia es la primera comunidad de España «en regular y prohibir la venta y el consumo» de vapeadores y bebidas alcohólicas para los menores de edad, aparte de que la ley «refuerza las capacidades» de los poderes públicos para tomar medidas frente al botellón.

En cuanto a las bebidas energéticas, los establecimientos deberán situarlas en un espacio separado de los refrescos, y también se restringirá la venta de alcohol, que no estará permitida en centros docentes, centros de ocio infantil y otros centros de recreo dirigidos a menores o en recintos destinados a espectáculos públicos durante actividades dirigidas a este tipo de audiencia.

El consumo de las bebidas energéticas es habitual entre la juventud mezcladas con alcohol, lo que incrementa los riesgos de coma etílico.

En este sentido, los servicios sanitarios solicitarán la presencia de las familias del menor que tenga que ser atendido por intoxicación provocada por el consumo de alguna sustancia psicoactiva y, en el supuesto de que sea atendido por segunda vez, se ofrecerá participar en un programa de ayuda y se recomendará la participación del adulto responsable.

«Prevención» frente a «sanción»

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (d), y el conselleiro de Sanidad, Antonio Gómez Caamaño, tras la reunión del consello de la Xunta, hoy lunes en Santiago de Compostela. EFE/Lavandeira jr

Además, la ley tiene como prioridad «la prevención y los mecanismos educativos frente a la sanción económica», por lo que incorpora como novedad la posibilidad de sustituir las sanciones por la participación en programas preventivos o asistenciales, así como trabajos en beneficio de la comunidad.

La ley se fundamenta en una «sólida evidencia científica», según Gómez Caamaño, así como en resultados de la encuesta nacional ‘Estudies’, elaborada por el Ministerio de Sanidad entre estudiantes de secundaria.

Según los datos del informe de 2023, el 41,5 % de los menores de 14 años ya probó alguna vez los vapeadores. En concreto, el 45,9 % de las niñas y el 37 % de los niños y con mayor porcentaje en las chicas de todas las edades.

En cambio, el consumo de tabaco es notablemente inferior, de un 17,2 % en niñas y niños de 14 años y también siempre superior en el sexo femenino con respeto al masculino.

Por lo que respecta a las bebidas energéticas, que contienen 32 miligramos o más de cafeína por cada 100 mililitros y otros ingredientes estimulantes, equivalen a beber tres cafés, lo que se considera excesivo para menores, y pueden afectar al sueño o llevar a alteraciones psicológicas o de comportamiento, en ingestiones de más de 160 miligramos.