Mérida, 3 jul (EFE).- El líder del PSOE extremeño y diputado autonómico, Miguel Ángel Gallardo, ha afirmado este jueves que Beatriz Biedma, jueza instructora de la causa abierta a él y David Sánchez por la contratación de este último en la Diputación pacense, busca «promocionarse» a su costa.
En un breve encuentro con la prensa, Gallardo ha calificado este procedimiento de «macrocaso», algo «demasiado goloso como para perderlo» por parte de Biedma.
Ha apuntado que la jueza, al inicio de las diligencias previas de la causa, no incluyó entre los investigados al diputado autonómico socialista Antonio Garrote, responsable del Área de Recursos Humanos de la Diputación de Badajoz cuando se inició el procedimiento de creación del puesto que finalmente ocupó David Sánchez.
De haberlo hecho, la causa hubiera pasado al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y, por ende, Biedma habría perdido «su pieza más codiciada: el caso».
Ha reiterado que su entrada a la Asamblea extremeña como diputado autonómico ha sido «legal, legítima y democrática», y que se ha hecho «de la manera más transparente posible».
Por el contrario, el TSJEx, a través de un auto del pasado 30 de junio, consideró su aforamiento se produjo en «fraude de ley», por lo que acordó devolver el procedimiento al Juzgado de Instrucción 3 de Badajoz.
La propia Biedma ya consideró el aforamiento como «fraude de ley». En su opinión, Gallardo tomó el acta para intentar «eludir la competencia del juzgado de instrucción y de la Audiencia provincial».
«De la misma manera que lo respeto -la decisión del TSJEx-, no la comparto de forma contundente», pues se trata de «una decisión inédita en la democracia que generará mucho debate a partir de ahora», ha agregado Gallardo.
El líder de los socialistas extremeños entiende que la decisión del TSJEx «choca con el estatuto de autonomía», ya que «la condición de diputado y aforado van unidas». A pesar de ello, Gallardo no recurrirá la decisión, pues «daría la razón» a quienes «decían que venía -a la Asamblea- para aforarme». Por ello, «ni recurro ni dimito».
