La Laguna (Tenerife), 28 jul (EFE).- El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha llamado este lunes a reflexionar sobre «qué cabe» en las palabras «cayuco, libertad, genocidio y mestizaje» porque, ha continuado, no se pueden usar para «criminalizar» a quien arriesga su vida, e imponer el sectarismo.

García Montero se ha referido a las vicisitudes del español como lengua de frontera y los desafíos que afronta la lengua, en la inauguración de la reunión anual de directores del Instituto Cervantes, que por primera vez se celebra en Canarias y cuya sesión de trabajo inicial ha presidido la reina Letizia.

En ella, se han reunido más de 70 directivos del Instituto Cervantes que han arrancado sus debates de tres días en la Universidad de La Laguna con los retos del español ante la administración de Donald Trump, Brasil y la llamada ley Lula, la convivencia con el francés en África y su futuro en India.
En un encuentro previo con los medios de comunicación, García Montero ha celebrado la elección de Canarias como sede de la reunión anual por ser el archipiélago «un puente fundamental» en la relación entre España y América Latina, y entre España y el África subsahariana.
Resulta fundamental reconocer en este ámbito el papel de España y de las islas en el itinerario de la inmigración, donde, ha dicho el director del Cervantes, solo cabe «un viaje de ida y vuelta y una relación que va más allá de la palabra ‘cayuco'».
Como ejemplo ha citado la apertura de sedes del instituto en Senegal, Mauritania y una extensión en Angola, un área en la que García Montero prevé «mucho futuro por delante que tendrá que ver con Canarias».
Ha rememorado el también poeta granadino que el Instituto Cervantes ha publicado dos cartas pastorales del fallecido papa Francisco, quien le comunicó en su momento que «maltratar a los inmigrantes es un pecado mortal» y, ha enfatizado, detrás de ‘cayuco’ se criminaliza el dolor de personas que se arriesgan para buscar una salida a su vida.
Además «tenemos que reflexionar» sobre el término ‘libertad’, pues «me preocupa mucho estar viviendo en un mundo que está buscando otro significado: el de la ley del más fuerte».
También ha animado a pensar sobre la palabra ‘genocidio’, pues es «infame» lo que ocurre en Gaza, y sobre ‘mestizaje’ ante el «sectarismo de las identidades cerradas» frente al entendimiento del otro, la fraternidad y la multilateralidad, que es «a lo que nos dedicamos».
Asimismo, por vía telemática, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha confiado en que el encuentro de directivos del Instituto Cervantes resulte en un intercambio «fructífero» puesto que el español, y las lenguas cooficiales, son una prioridad para el Gobierno como herramienta cultural y de crecimiento económico.
Por su parte, su antecesor y ex alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha indicado que, después de la pandemia, el Cervantes ha crecido «y ampliado sus hechuras mirando para el futuro», porque, ha continuado, el español es algo más que un diccionario: es una multitud de acentos en los que se construye un camino mental en el mundo.
Además, el rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, se ha congratulado en acoger una reunión para contribuir desde Canarias, «y con diplomacia cultural», al entendimiento en español, una herramienta «potentísima» y a la que el centro docente, con 233 años de historia, ha contribuido con filólogos como Dolores Corbella y el fallecido Andrés Sánchez Robayna.
Y el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, ha recordado que el encuentro coincide con el 25 aniversario de la declaración de la ciudad como patrimonio de la humanidad de la Unesco por su contribución al urbanismo en las incipientes ciudades americanas, en una labor en la que también se exportó la variedad de español que se habla en Canarias.