Madrid, 1 jun (EFE).- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, cree que el PSOE se encuentra en uno de los momentos “más delicados” tras verse salpicado por las presuntas maniobras de la militante Leire Díez para desprestigiar a la UCO y por causas judiciales como la que él ya denomina ‘caso Ábalos’.
“De momento, estamos ante un cúmulo de hechos que nos dejan la impresión de que delante hay un pozo sin fondo. Y por lo que estamos leyendo, todavía quedan muchos mensajes y algunos de ellos, según lo que dicen algunos periodistas, podrían tener presuntamente un sesgo delictivo”, advierte García-Page en una entrevista publicada este domingo en ‘La Razón’.
A todo esto añade que también faltan por conocer “los informes que está preparando la Guardia Civil a instancias de los jueces”, en alusión al que afectaría al dirigente socialista Santos Cerdán en el caso Koldo. “A mí me preocupa lo que conozco, pero mucho más lo que intuyo que queda por conocer”, plantea.
Con respecto a la reacción de su partido a raíz de las informaciones sobre la militante Leire Díez, el presidente castellanomanchengo entiende que, más allá del expediente que se le ha abierto, “deben darse las explicaciones que todavía no se han dado, y hay que tomar medidas que aún no se han tomado”.
“No querellarse no presupone una complicidad, pero es evidente que no tomar medidas contribuye a generar incertidumbre y a levantar sospechas”, apunta.
Para García-Page “la parte más delicada de la actividad pública es la de saber identificar a la gente con la que te relacionas” y recuerda como “hoy Aldama es una bomba de racimo” o “quien recibía mensajes del presidente del Gobierno, en plena confianza política y personal, los archivaba y los metía en un pendrive”.
También se muestra crítico con que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz, no haya dejado su cargo tras su imputación. “Creo que tendría mejor defensa sin estar al frente de la Fiscalía. No prejuzgo nada, y no sé cómo puede acabar la cosa, pero cuando uno está al frente de las instituciones tiene que velar también por la reputación de ellas”, sostiene.
En cuanto a la situación política, entiende que la “solución tiene que venir de la mano del voto porque esta legislatura se sostiene en una carambola impensable”.
No obstante aprecia que en la actualidad “el margen de reacción del Gobierno es cada vez menor, incluso para convocar elecciones. ¿Cómo lo haces cuando sabes que los 55 días de precampaña que marca la ley van a estar trufados de vídeos, mensajes o acusaciones?”
También lamenta la situación de “chantaje” a la que el expresidente catalán Carles Puigdemont somete al Ejecutivo y asegura no tener “ninguna duda” de que cuando el Tribunal Constitucional dé su visto bueno a la amnistía, previsiblemente a finales de este mes, “se desentenderá del Gobierno”.