Gatti por Gatti

Imagen de archivo del argentino Hugo Orlando "el loco" Gatti (c) en una imagen de archivo. EFE/Kiko Huesca

Redacción Deportes, 20 abr (EFE).- Faltaban apenas 121 días para que Hugo Orlando Gatti celebrara 81 años de vida, pero su corazón dejó de latir a las 17.50 horas en una habitación del Hospital Pirovano, de Buenos Aires.

Se apagó la leyenda, pero ahora crece el mito de un exfutbolista que con 185 centímetros no fue tan alto para su oficio de guardameta. Tampoco necesitó más talla, porque a su físico añadió histrionismo, irreverencia, osadía, valentía, locura y una buena dosis de suerte.

Claro que no siempre estuvo al lado de ‘el Loco’.

El 29 de octubre de 1980 un periodista preguntó al portero titular de Boca Juniors por el jugador de moda en ese momento, un tal Diego Armando Maradona, quien estaba a un día de cumplir 20 años.

“Maradona es un muy buen jugador, el mejor del momento, a quien se está inflando de una manera increíble. ¿Sabes lo que me preocupa? Su físico. No va a poder contener su tendencia a ser gordito”, dijo.

El problema de la respuesta ofrecida por la consagrada figura nacida el 18 de agosto de 1944 fue que al joven Maradona le llegó con una cierta adaptación.

Le dijeron que Gatti lo había descrito como un “gordito” que está “inflado”.

El 9 de noviembre, Boca Juniors y Argentinos Juniors se citaron en la cancha de Vélez Sarsfield. Con la sangre en el ojo y una rabia añejada, ‘el Pelusa’ prometió a su entorno que le marcaría dos goles a ‘el Loco’. Pero no tardó en redoblar su apuesta: serían cuatro.

Argentinos Juniors derrotó por 5-3 a Boca con cuatro de Maradona.

Pionero

Pocos saben, pero Gatti se dio el lujo de abandonar su portería para jugar como delantero. En 1984 jugó varios amistosos con el número 14 en la espalda.

“El primer arquero que jugó al fútbol fui yo, no era jugador con las manos para atajar. Yo llegué del campo y dije: ‘soy un jugador de fútbol que tiene la ventaja de usar las manos’”, declaró al definir el estilo que impuso.

“Yo fui el más grande, con diferencias fui el más grande de Boca”, expresó sin rubor, ni aún con la llegada de Maradona el 20 de febrero de 1981.

De desafíos fue cosida su vida y hasta dejó consejos sobre lo que significaba ser un futbolista del club azul y oro.

“Es difícil estar en Boca Juniors. Después del sillón de los presidentes de Argentina, que es el más importante, creo que viene el sillón de Boca Juniors”, advirtió.

Un clamor y una sentencia sin aparente eco

El orgullo de su origen no nubló su visión sobre la importancia de sus más enconados rivales en el fútbol.

“Los mejores jugadores del mundo son los brasileños y argentinos y siempre los jugadores de otros países les tienen miedo y respeto”.

“El fútbol es perfecto, sin el fútbol no hay trampa, picardía, gritos, trompadas, peleas. Hace rato que no hay fútbol y desapareció con el VAR”, garantizó en un programa de televisión.

“Paren con el VAR! Ahora ni los goles se pueden gritar. Al VAR le pongo una bomba y a la lona, y eso que no soy agresivo, pero basta”, insistió al hablar de las nuevas reglas.

“Lo único bueno que inventaron en el fútbol es que no le podés dar la pelota al arquero y que la agarre con la mano”, puntualizó.

Por Hernán Bahos Ruiz