Gauff despierta del sueño a Boisson y se jugará el título con Sabalenka

La estadounidense Coco Gauff, número 2 del mundo, en Roland Garros en su partido de semifinales ante la francesa Loïs Boisson, 361 del ránking. EFE/EPA/MOHAMMED BADRA

París, 5 jun (EFE).- La estadounidense Coco Gauff, número 2 del mundo, volverá a la final de Roland Garros dos años después de haberla perdido contra la polaca Iga Swiatek, tras haber despertado de su sueño a la francesa Loïs Boisson, 361 del ránking, con una victoria por 6-1 y 6-2.

Gauff se medirá por el trofeo contra la bielorrusa Aryna Sabalenka, número 1 del mundo, que disputará su primera final tras vencer a la polaca Iga Swiatek, ganadora de las tres últimas ediciones.

Será la tercera final de un Grand Slam para Gauff, que en 2023 se llevó el Abierto de Estados Unidos, y la sexta para Sabalenka, que ha ganado tres, dos en Australia (2023 y 2024) y una en Estados Unidos (2024).

Y el undécimo duelo entre ambas, con cinco victorias para cada una desde que la bielorrusa se impusiera en la final de Madrid hace unas semanas.

Gauff, que a sus 21 años rompe récords de precocidad, suma ya 26 triunfos en Roland Garros, y se convierte en la cuarta estadounidense que llega a más de una final en ese torneo, tras Chris Evert, Martina Navratilova y Serena Williams.

Una gran actuación de la número 2 del ránking que este año también llegó a la final de Roma, lo que le convierte en la jugadora más joven en alcanzar la final de los tres torneos más importantes sobre tierra batida.

La estadounidense no dio opciones a una Boisson que ha causado sensación. Invitada por los organizadores, 361 del mundo, la jugadora de 22 años se plantó en semifinales acabando con dos top-10, la estadounidense Jessica Pegula, 3, y la rusa Mirra Andreeva, 6.

Una historia de superación para una jugadora castigada por las lesiones, que le impidieron debutar el año pasado, pero que aprovechó la invitación de los organizadores para multiplicar por tres las ganancias de toda su carrera y encaramarse al puesto 65 del ránking, lo que le convierte a la número 1 de Francia.

Boisson, que contaba con el apoyo del público, esencial en semifinales para derrotar a Andreeva, no tuvo opción de rivalizar contra una Gauff decidida a apagar su fogosidad.

El 4-0 con el que comenzó el partido era un mensaje a la rival, pero también a la grada. La estadounidense no quería dejar anidar la fe en los franceses.

Muy descentrada en todo el partido, la derecha de Boisson, el arma con el que fue sorprendiendo a sus oponentes, ya no hizo tanto daño a Gauff, que contrarrestó bien su empuje.

En el segundo set se aferró más al partido la francesa, por momentos parecía que el milagro era, otra vez, posible. Tuvo bola para colocarse 2-1 y saque. Pero Gauff no estaba para bromas. Apretó el acelerador y tras ceder su servicio una vez, la única en todo el partido, puso la directa hacia el triunfo.

Puso fina a la epopeya de una jugadora local que salió del anonimato en París, que se convirtió en la semifinalista de un Grand Slam con el ránking más bajo en cuatro décadas y que tiene por delante una carrera nueva que puede ser brillante.