Lima, 7 oct (EFE).- El gremio de transportistas urbanos y representantes de la llamada Generación Z son los sectores que protagonizan las protestas del último mes en Perú, país al que llaman a superar la indiferencia de la población de los últimos años y salir a las calles para combatir la corrupción e inseguridad «que ya no se puede soportar».
Durante la presentación de un informe sobre derechos humanos e inseguridad en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (Cnddhh), ubicada en Lima, voceros de distintas agrupaciones de transportistas y de la Generación Z expresaron las razones por las cuales están protestando desde hace semanas y los peruanos deberían «despertar».
«Creo que, más que todo, Lima y la sociedad de centro se han vuelto muy indiferentes, la indiferencia ha copado hasta los espacios más pequeños de la sociedad. Sin embargo, la situación les está empujando a despertar», indicó a EFE Miguel Huaroto, representante de Alianza Gremial Nacional de Transportistas de Perú.
Huaroto explicó que la Generación Z es víctima frecuente de robos y de la falta de oportunidades y por eso ha empatizado con la grave situación que viven los transportistas, un sector especialmente afectado por el aumento de delitos como la extorsión y sicariatos (asesinatos por encargo), y que en los últimos meses han convocado diversos paros contra el Gobierno.
«Cuando los transportistas dicen vamos a hacer un paro porque nos están matando, ellos también se han sentido identificados, pero no solamente debe ser la GTneración Z, sino otras generaciones y otros sectores también deben activarse. Y si en este caso somos los transportistas los que tenemos que estar adelante para demostrar cómo se debe luchar, pues bien, nos toca», añadió.
Del mismo modo, Yackov Solano, representante de la Generación Z, expuso que tanto él como compañeros que han convocado las marchas de los últimos fines de semana han decidido salir a las calles para combatir la corrupción y la inseguridad, inspirados por las protestas ocurridas en otros lugares del mundo como Francia, Marruecos e Indonesia.
«Somos una generación que ha despertado más que nunca para identificar los problemas que están pasando porque hay cosas que, la verdad, no podemos tolerar. Hay personas que lamentablemente han normalizado tanto la corrupción y tantas muertes que ya no se puede tolerar», indicó el joven.
Por su parte, Ricardo Soberón, uno de los autores del informe sobre inseguridad y derechos humanos, explicó que «no es gratuito» que sean ambos sectores los que están protagonizando las protestas.
«Creo que son dos sectores estratégicos que van a poder despertar a los peruanos, que hemos caído en 15 años de sonambulismo», expresó el experto.
Unidad contra la corrupción

«La corrupción que lamentablemente ya está desde hace años, se ha plantado como si fuera un bicho y que no quiere salir. Como Generación Z estamos dando la cara más que nunca, a pesar que la Policía nos ha reprimido muy bruscamente», agregó Solano sobre las protestas ocurridas en las últimas semanas en el centro de Lima.
Sostuvo que el despertar de los jóvenes ha sido «un poco lento» pero gracias a las redes sociales, «el arma más poderosa» que tienen, ya son conscientes de lo que está ocurriendo en el país.
«La revolución no es la muerte, la revolución es la afirmación de la vida. Y eso es lo que nosotros como generación vamos a encarar para poder hacer las cosas correctas para que cada Gobierno entienda que ahora hemos despertado y no nos vamos a ir», dijo el representante, al afirmar que es necesario que todas la generaciones se sumen.
Del mismo modo, el presidente de la Alianza Gremial Nacional de Transportistas de Perú, Richard Barnechea, hizo un llamado a que todos los sectores de la sociedad peruana se unan a paros y protestas porque «es la única manera que vamos a combatir a esta banda de criminales que nos están gobernando».
Expuso que el Gobierno ha demostrado que no tiene la capacidad de luchar contra el crimen organizado, por lo tanto, deberían renunciar.
«Lamentablemente vivimos angustiados, es el temor que nos han sembrado para no poder levantar nuestra voz de protesta, y así nos tienen a la gente con miedo a salir, a trabajar. Ya no puedes tener ni un negocio, ya no puedes emprender porque lo primero que hacen es extorsionarte», agregó.
