Nashville (EE.UU.), 23 jun (EFE).- Cuando el español Gerard Garriga llegó a Nueva Zelanda hace ocho años, su objetivo era viajar y aprender inglés, pero terminó quedándose y ahora integra el Auckland City, un club semi profesional con el que fue cuádruple campeón de la ‘Champions’ de Oceanía (OFC) y con el que este martes se medirá con Boca Juniors en el Mundial de Clubes.
«A nuestro campo vienen 200 o 300 personas. Aquí jugamos ante 20.000 personas, quizás 30.000 que van a cantar todo el partido», aseguró Garriga en una entrevista con EFE en Nashville, donde su equipo termina su Mundial de Clubes con una cita con Boca Juniors en el GEODIS Park.
Nacido en El Morell en 1993, Garriga contó en una larga conversación con EFE cómo es la vida de un futbolista en Nueva Zelanda, sus cuatro títulos de ‘Champions’ de Oceanía y también su intercambio de camisetas con Nicolás Otamendi en el partido contra Benfica.
«Llegué a Nueva Zelanda hace ocho años y mi intención era aprender inglés y viajar. Así que cuando llegué ahí tuve la oportunidad de conocer a compañeros, amigos españoles que jugaban al fútbol», afirmó.
«Yo estaba jugando al fútbol en España y quería tomarme un parón, después de jugar muchos años, y parar un poco. Pero a los meses de estar con ellos me volvieron a pillar las ganitas de jugar», prosiguió.
Pese a que la liga neozelandesa no sea profesional, Garriga tuvo que esperar y trabajar duro para conseguir una oportunidad.
«Ellos me ayudaron a conseguir pruebas para equipo de primera división, me dijeron todos que no. Fui a un equipo de segunda que me dio una oportunidad. Pude jugar con ellos dos temporadas, y luego después de dos temporadas que me salieron bastante bien, firmé por un equipo de la primera división. Estuve dos años más, con la pandemia, y justo terminó la pandemia y firmé por el Auckland City», dijo.
«Ahora son cuatro temporadas, hemos ganado las cuatro ‘Champions’ y disfrutando de esto, de lo Mundiales de Clubes que jugamos anteriormente, la Intercontinental Cup que jugamos el año pasado, y ahora de este gran torneo que es muy especial, muy bonito, increíble», añadió.
Ahora, el centrocampista es una estrella del Auckland en este Mundial de Clubes.
«Cuando llegué a Nueva Zelanda no me imaginaba ni ganar un título, lo hemos ganado todo con el Auckland City, no solo una vez, muchas veces. Formar parte de esto ya te digo. Tenemos las medallas de participación y para nosotros es muy bonito, una alegría increíble y un detalle que nos lo vamos a guardar para siempre», contó.
No está acostumbrado a este tipo de vitrinas y por eso quiere disfrutar cada momento del torneo, en el que el Auckland ya está eliminado tras perder 10-0 contra el Bayern Múnich y 6-0 contra el Benfica.
«Es una liga amateur, no es una liga profesional, así que nosotros tenemos todos nuestros trabajos a parte. Se vive muy diferente, a nuestro campo vienen 200 personas, a veces 300, a veces 500, pero claro. Aquí jugamos ante 20.000 personas, mañana quizás ante 30.000 que nos van a cantar todo el partido», aseguró.
«Mucha diferencia, no salimos ni en la prensa, ni en el diario tras el partido, y aquí salimos por todas partes. Disfrutamos del momento porque a partir de pasado mañana ya va a pasar todo esto», insistió.
Aunque su Mundial de Clubes termine este martes, Garriga se va con un recuerdo inolvidable.
«Contra el Bayern no pude porque hice el antidoping y no tuve oportunidad de cambiarla, tuve mala suerte. Pero el último partido tuve la oportunidad de cambiarla con Otamendi, con un campeón del mundo. Muy contento y un recuerdo para siempre» contó.