San José, 5 ago (EFE).- La escritora nicaragüense exiliada en España Gioconda Belli dijo este martes que nunca pensó de que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en el poder desde 2007, «sería un peor tirano» que el dictador Anastasio Somoza Debayle.
En un escrito publicado en sus redes sociales con el título: «El dictador de mi país me quitó la ciudadanía. Lo que me pasó es una advertencia», la escritora contó que fue privada de su nacionalidad hace más de dos años por el Gobierno que preside Ortega junto con su esposa, Rosario Murillo, y pese que sabía lo que era el exilio, no estaba preparada para vivirlo otra vez después de cumplir sus 70 años.
La novelista y poeta también alertó sobre el alcance del régimen sandinista en el exilio y puso como ejemplo el asesinato del opositor nicaragüense desnacionalizado y militar en retiro Roberto Samcam, ocurrido hace 47 días en Costa Rica.
No estaba preparada para su segundo exilio
En su escrito, Belli recordó que tenía 26 años la primera vez que tuvo que exiliarse. Era 1975, y salió de Nicaragua por ser parte de la resistencia al régimen de Somoza Debayle, «el último dictador de una dinastía que había gobernado el país durante casi medio siglo».
En ese entonces, dijo, era una revolucionaria comprometida, dispuesta a morir por su país en la lucha contra la tiranía somocista.
«El exilio en el que me encuentro ahora, obligada a empezar una nueva vida en Madrid, es un exilio que nunca habría imaginado, un exilio que me impuso (Ortega) quien ayudó a derrocar a Somoza con la promesa de que Nicaragua nunca volvería a estar bajo el yugo de un dictador», reprochó.
En febrero de 2023, Belli, junto con el escritor Sergio Ramírez y otros cientos de intelectuales y disidentes nicaragüenses, fueron despojados de su nacionalidad acusados por «traición a la patria».
«Darme cuenta de que no tenía donde vivir me sacudió. No olvido cuan desorientada me sentí», confesó la autora, quien aseguró que sus «amigos y lectores españoles» la hicieron sentir bienvenida en Madrid.
Belli: Ortega ha demostrado ser un dictador
Por otro lado, según Belli, aun quienes han encontrado refugio en el extranjero «ya no nos sentimos seguros» y citó el caso de Samcam, un mayor en retiro del ejército y crítico declarado de Ortega, quien fue asesinado en su casa en San José, Costa Rica, el 19 de junio pasado.
«Nadie ha sido detenido, a pesar de que se trata de al menos el sexto disidente nicaragüense atacado, secuestrado o asesinado en Costa Rica desde 2018», advirtió.
Para Belli, el asesinato de Samcam «revela que nada queda del Ortega que luchó por la libertad y del que fue compañero en la batalla contra la tiranía» de los Somoza.
«Él (Ortega) ha demostrado ser, sin duda, un dictador. Igual que otros autócratas en el pasado ha usado el despojo de la ciudadanía y la inmovilidad como armas para castigar a sus oponentes políticos», argumentó.
«Para colmo, ahora, parece que Nicaragua está entre los Estados que van más allá de sus fronteras para silenciar las voces que perciben como amenazas a su poder», alertó.
Para ella, «el régimen de Ortega está extendiendo su largo brazo más allá» de las fronteras y «lo que le pasó a Samcam se lee como una advertencia de que hasta quienes vivimos en el exilio estamos vigilados».
«Es el mismo mensaje de los más sangrientos dictadores del mundo de que nadie está fuera de su alcance», anotó la escritora, quien enfatizó que «nunca pensé que Ortega sería un peor tirano que Somoza».
A juicio de Belli, que formó parte del primer Gobierno sandinista (1979-1990), Ortega y Murillo «han dado rienda suelta a su paranoia» porque viven «temerosos de su propio pueblo».