Nimes (Francia), 6 oct (EFE).- Gisèle Pelicot reapareció este lunes en público un año tras la histórica sentencia del caso Pelicot para afrontar el juicio en apelación con un único acusado que sigue negando haberla violado mientras estaba anestesiada por las drogas que le daba a escondidas su entonces marido, Dominique Pelicot.
Apareció escoltada por la policía, que le abrió un camino entre las decenas de personas que se concentraban ante el Tribunal de Apelación de Nimes, al sur de Francia.
Entre aplausos, cánticos y ovaciones subió las escaleras del edificio, rodeada por una ola de cámaras, micros y un centenar de periodistas. De vez en cuando alzaba la mano, en señal de reconocimiento del apoyo recibido.
Entró acompañada de su hijo Florian Pelicot y sus dos abogados, Stéphane Babonneau y Antoine Camus. De los 51 hombres condenados por agresión sexual y violación, el primero de ellos su entonces marido, Dominique Pelicot, que fue condenado a la pena máxima de 20 años de prisión, sólo uno ejerció su derecho a recurrir la sentencia. Se trata de Husamettin D., de 44 años, que este lunes, después de una primera condena de nueve años por violación, sigue negando un delito que ya quedó constatado con las fotos y vídeos que le tomó Dominique Pelicot, el instigador del plan. De hecho, estos delitos que de forma meticulosa estuvo recopilando de 2011 a 2020 fueron la prueba clave para condenar a todos estos hombres. Husamettin D. llegó camuflado en una mascarilla quirúrgica, unas gafas de sol, un gorro y una chaqueta, además de una muleta. No descubrió su rostro hasta que se lo pidió el presidente del tribunal, Christian Pasta, que pidió que se identificara. Cuando se le ofreció la oportunidad para comentar sus acciones, siguió negando el delito. “Nunca he violado a esta mujer, tengo el máximo respeto por ella, nunca tuve la intención (de violarla)”, dijo, para sorpresa del público que se acercó a seguir este juicio, que manifestó su enfado con sus palabras. A la vez que negaba el delito, sí que reconoció haber mantenido “relaciones sexuales” con ella en presencia de Dominique Pelicot y que él mismo admitió que nunca se había encontrado en una situación similar. Sin embargo, esa escena, con una mujer completamente inerte tendida en la cama, no le impidió penetrarla en múltiples ocasiones. “Nunca supe que estaba inconsciente y drogada”, dijo ante el tribunal. Husamettin D. se enfrenta a la pena máxima de 20 años de prisión, mientras que en la primera sentencia fue condenado a nueve años de cárcel. La audiencia empezó a las 14.15 locales (12.15 GMT), con 15 minutos de retraso ante la gran presencia de periodistas -un centenar- en el Tribunal de Apelación de Nimes. El primer trámite fue la elección del jurado popular, formado por nueve personas, además de tres suplentes. También hay tres magistrados profesionales, entre ellos el presidente, Christian Pasta. Serán ellos los encargados de dictar sentencia, previsiblemente el jueves. El exmarido de Gisèle, Dominique Pelicot, ya fue condenado a una pena de 20 años, la máxima en Francia para estos delitos, por unos hechos que se prolongaron de 2011 a 2020. Este hombre, de 72 años, fue el instigador del plan para abusar del cuerpo inerte de la víctima, de la misma edad. Para ello contactaba con desconocidos a través de una página de internet, hoy cerrada por la Justicia, y les invitaba a violarla en su casa, situada en Mazan, un pueblo de apenas 6.000 habitantes del sur de Francia. Los delitos eran perfectamente documentados, a través de vídeos y fotografías que tomaba Dominique Pelicot, que luego guardaba en su archivo digital, donde acumulaba centenares de documentos que fueron clave para demostrar la culpabilidad de todos estos hombres. A puerta abierta El juicio se celebra a puerta abierta, como hace un año en el Tribunal de Aviñón (sur), cuando Gisèle Pelicot tomó esa decisión, a pesar de que como víctima tiene derecho a lo contrario. Ese acto despertó miles de conciencias alrededor del mundo. Lo hizo «para que la vergüenza cambie de bando» y para que se tomen acciones contra las violaciones bajo sumisión química, según explicó en 2024. «No tengo que tener vergüenza, no tengo nada a reprocharme», afirmó justo hace un año. Edgar Sapiña Manchado