Bogotá, 10 jun (EFE).- El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, afirmó este martes que el atentado del sábado contra el senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay podría estar relacionado con los ataques de esta mañana en el suroeste del país, que dejaron al menos ocho muertos y fueron atribuidos a las disidencias de las FARC.
«Se rechazan totalmente (los atentados), son actos cobardes y hay algunas indicaciones, ojo, son hipótesis que falta por concretar y falta más investigación, de que pueden estar relacionados con el atentado del sábado», declaró a la prensa Benedetti.
El ministro explicó que esta hipótesis surge de la Policía, la Dirección Nacional de Inteligencia y de los tres Consejos de Seguridad realizados en los últimos días, que han sumado unas 15 horas de deliberaciones.
Además, señaló que el presidente izquierdista Gustavo Petro «está en total disposición de reunirse con la oposición y de reunirse con los expresidentes, a bajar el tono, a concretar unas reglas mínimas y que no termine pasando lo que quieren los violentos».
«Y es que nos matemos entre unos y otros», agregó el titular del Interior.
Esta mañana, una decena de atentados casi simultáneos —incluyendo explosiones, coches bomba y ataques a estaciones de policía— sacudieron los departamentos del Cauca y su vecino Valle del Cauca, en el suroeste del país, dejando al menos ocho personas muertas y decenas de heridos.
Tanto el Ejército como el ministerio de Defensa atribuyeron estos crímenes a la estructura liderada por alias ‘Iván Mordisco’, uno de los principales jefes del Estado Mayor Central (EMC), la facción más importante de las disidencias de las extintas FARC.
La ola de atentados de este martes ocurrió apenas tres días después de que el senador Uribe Turbay fuera tiroteado por un menor de edad mientras participaba en un acto de campaña en Bogotá.
El político, de 39 años, permanece en estado crítico en una clínica de la capital, mientras las autoridades intentan esclarecer el ataque, que evocó los oscuros años 90, cuando varios candidatos presidenciales fueron asesinados a manos de grupos ilegales que buscaban sembrar el miedo e influir en la política nacional.