Gobierno de Petro vuelve a designar a 16 exjefes paramilitares como gestores de paz

Foto de archivo del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Bogotá, 22 sep (EFE).- El Gobierno colombiano volvió a nombrar como gestores de paz a 16 exjefes paramilitares, entre ellos a Salvatore Mancuso, quien fue el último jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes podrán acompañar otras instancias que desarrollan la política de ‘paz total’, una de las banderas del presidente Gustavo Petro.

La resolución del Gobierno, expedida el pasado domingo y publicada este lunes, detalló que la designación como gestores de paz tendrá una vigencia de 11 meses, es decir, hasta el 6 de agosto de 2026, un día antes de que el mandato de Petro termine.

Además de Mancuso, también figuran como gestores de paz Carlos Mario Jiménez, alias Macaco; Diego Fernando Murillo, alias Don Berna; Hernán Giraldo, ‘El Señor de la Sierra’; Rodrigo Pérez Alzate, alias Julián Bolívar; Luis Eduardo Cifuentes, alias ‘El Águila’ y Juan Francisco Prada, alias Juancho Prada.

También Freddy Rendón, alias El Alemán; Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40; Edward Cobos Téllez, alias Diego Vecino; Héctor Buitrago, alias Martín Llanos; Arnubio Triana, alias ‘Botalón’; Ramiro ‘Cuco’ Vanoy; y Héctor Buitrago Rodríguez, alias El Patrón, entre otros.

El documento explicó que el reconocimiento como gestores de paz «no modifica su situación jurídica, ni las medidas de aseguramiento vigentes o su régimen de libertad, ni conlleva beneficios judiciales».

En la práctica, lo que se hace a través de la resolución es reactivar los acercamientos de paz con los excomandantes de las AUC, una organización paramilitar disuelta en 2006 por un proceso de paz con el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) y acusada por múltiples crímenes de lesa humanidad en sus casi 30 años de actividad ilegal.

Un segundo aire

En julio pasado, los 16 exjefes paramilitares a los que Petro había designado gestores de paz renunciaron a ese rol por supuestos incumplimientos de la ahora Oficina del Consejero Comisionado para la Paz, puesto que consideran que su papel se convirtió en algo «meramente simbólico».

«Esta decisión obedece al reiterado incumplimiento de los compromisos por parte de la Oficina. La realidad demostró que estas designaciones, en la práctica, se convirtieron en un gesto meramente simbólico», afirmó en esa ocasión Mancuso al leer la carta firmada por los 16 exjefes paramilitares.

Los firmantes criticaron a la Oficina del Consejero Comisionado para la Paz, liderada por Otty Patiño, porque consideraron que el diálogo con esa institución era «infructuoso y carente de buena fe» y «minimiza las causas estructurales de la violencia para su conveniencia».

Sin embargo, los exjefes paramilitares reconocieron el «liderazgo» del presidente Petro y manifestaron su «voluntad inquebrantable de seguir contribuyendo a la agenda de ‘paz total'», con la que el Gobierno busca negociar un acuerdo con la guerrilla y el sometimiento a la justicia de los principales grupos armados.

Las AUC, el grupo que más homicidios cometió durante el conflicto armado, según la Comisión de la Verdad, se desmovilizaron en 2006 tras un proceso de negociación con el Gobierno de Álvaro Uribe.

Como parte del acuerdo, los exparamilitares se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, que contemplaba penas de máximo ocho años de cárcel a cambio de colaboración para esclarecer crímenes, pero algunos de los líderes perdieron esos beneficios y muchos, incluido Mancuso, acabaron extraditados por penas relacionadas con el narcotráfico a Estados Unidos.