Montevideo, 22 jun (EFE).- El Gobierno de Uruguay expresó este domingo su «profunda preocupación» por los ataques de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán.
«Uruguay rechaza cualquier acción que represente una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, incluyendo la proliferación nuclear, y recuerda que el uso de la fuerza a nivel internacional se encuentra estrictamente regulada por el Derecho Internacional y sólo puede ejercerse conforme a la Carta de las Naciones Unidas», según un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Añadió que «en el caso de ataques a instalaciones nucleares» se da el agravante «del aumento del riesgo de fuga radiológica que afecte a la población, como lo ha señalado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)», por lo que el Gobierno del izquierdista Yamandú Orsi hizo un «llamado urgente» al cese de las hostilidades.
«Uruguay hace un llamado urgente a las partes en este conflicto a la contención, al cese inmediato de hostilidades, a garantizar la protección de la población civil conforme al derecho internacional humanitario y a que retomen el diálogo y la diplomacia, único camino posible para alcanzar una solución de fondo a esta crisis», indicó.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó este sábado que EE.UU. había ejecutado «con éxito» un ataque contra tres instalaciones nucleares iraníes, los primeros bombardeos del país norteamericano que se producen en el marco del conflicto actual entre Israel e Irán.
La operación contó con la participación de 125 aeronaves, incluidos siete bombarderos B-2, aviones cisterna de reabastecimiento, aviones de reconocimiento y cazas. En total, se emplearon 75 bombas y misiles.
Irán, que intercambia ataques aéreos con Israel desde el pasado 13 de junio, cuando el Ejército israelí bombardeó instalaciones nucleares y militares en territorio iraní, ha negado en múltiples comunicados estar creando armamento de destrucción masiva.
Mientras que Israel apoyó sin ambages el ataque estadounidense, la ONU rechazó la solución militar del conflicto, la Comisión Europea pidió contención, diplomacia y volver a la negociación, y varios gobiernos árabes y latinoamericanos condenaron la «agresión».