Ciudad de Guatemala, 8 sep (EFE).- El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, aseguró este lunes que su Gobierno mantiene una «lucha incansable» por la seguridad ciudadana, que había sido entregada por «otros a las maras y el narcotráfico».

En rueda de prensa, el mandatario resaltó los avances este año en decomisos de drogas, narcotraficantes extraditados y requisas en centros penitenciarios.

«Estamos haciendo lo que nadie hizo: estamos entrando a los campos de plantación (de drogas), estamos metiendo presos a los líderes (de las pandillas) y estamos ingresando a los barrios que parecían intocables para quienes gobernaron en el pasado», expuso el gobernante.
Arévalo de León también destacó un operativo en la víspera en el barrio El Gallito, en el centro de Ciudad de Guatemala, considerado como zona roja por su peligrosidad, como parte de «el esfuerzo por retomar el control de nuestras calles», lo que «es una prioridad» del Gobierno.
«Esto implica una etapa en la que el crimen organizado y sus socios en el poder intentarán todo para no perder los privilegios que han venido acumulando. Pero nosotros no vamos a ceder», expresó el presidente.
Por su parte, la viceministra de Gobernación (Interior), Claudia Palencia, sostuvo que las fuerzas de seguridad «están enfrentando con firmeza al narcotráfico y al crimen organizado».
Palencia detalló que este año se han incautado más de 7.000 kilos de cocaína, así como tres millones de matas de hoja de coca, amapola y marihuana. De igual manera, recalcó que se han capturado a doce personas reclamadas en extradición por narcotráfico en Estados Unidos.
«Hemos impactado a once organizaciones criminales», afirmó la funcionaria.
Actualmente, el Gobierno de Arévalo de León mantiene una fuerte pugna con las pandillas por el control de las prisiones, luego de que el pasado 31 de julio sus líderes fueran trasladados a la cárcel de máxima seguridad Renovación I para aislarlos, lo que ha provocado constantes motines en los centros penitenciarios.
El traslado de los cabecillas de las pandillas se realizó a raíz del asesinato de siete personas en una funeraria de la capital guatemalteca dos días antes, presuntamente a manos de miembros de la ‘Mara Salvatrucha’, durante el velorio de un supuesto integrante de la pandilla rival ‘Barrio 18’, acribillado el 28 de julio.