Guía para reconectar con el brío de dos archiconocidos preludios de la música española

Fachada del teatro de La Zarzuela. EFE/ Mariscal

Madrid, 9 abr (EFE).- El Teatro de la Zarzuela estrena este miércoles un programa doble formado por ‘El bateo’ y ‘La Revoltosa’, de Federico Chueca y Ruperto Chapí, respectivamente, una oportunidad para reconectar con sus archiconocidos preludios, unas piezas introductorias que en pocos minutos proyectan un chorro de brío en el espectador.

Oliver Díaz, director musical del Teatro de la Zarzuela, desgrana con EFE estos dos preludios, de los más representativos del género chico y de la zarzuela en general, garantía de éxito de público y que adoran en el extranjero.

Estas son algunas claves para disfrutarlos:

– El preludio (llamado obertura en la ópera) es una pieza breve introductoria que se interpretaba a telón bajado. En estos dos casos, tienen un formato a modo de resumen para situar al espectador en la acción posterior. Es un compendio -sin ‘spoiler’- de los motivos musicales que se desarrollan posteriormente.

– Los compositores: Federico Chueca (Madrid, 5 de mayo de 1846-20 de junio de 1908) pateaba las calles y conocía como nadie la música popular del Madrid de la época. Tenía un talento único para recoger ese acervo y convertirlo en algo nuevo pero reconocible. Ruperto Chapí (Villena, 27 de marzo de 1851-Madrid, 25 de marzo de 1909) era un extraordinario compositor, que hizo grande el género chico con maestría, profundidad dramática y una densidad sinfónica equiparable a cualquier ópera, salvo por el sabor genuino español.

– ‘El bateo’ (estrenada el 7 de noviembre de 1901): su preludio es una suma de todos los temas que Chueca desarrolla después, como el vals, la habanera o el pasodoble. Esta breve pieza sumerge al espectador con fuerza y frescura en una colección de temas madrileños.

– ‘La revoltosa’ (estrenada el 25 de noviembre de 1897): en este preludio, Chapí da primero las pinceladas de los temas posteriores, como el enfrentamiento que pivota en toda la obra (hombres y mujeres, ciudadanos y autoridades), el icónico e íntimo ‘Dúo de Felipe y Mari Pepa’ o el estallido de júbilo de la jota. Luego introduce una transición musical en la que percibimos la tormenta que desarrolla el argumento, pero que ya no vuelve a aparecer. Y para terminar, retoma lo adelantado para cerrar el círculo. Un alarde.

– Dificultad técnica: Ambos preludios la tienen. ‘El bateo’, sobre todo en esas trompetas de la última parte -confiesa el director musical-. En ‘La revoltosa’ se suma la complejidad de dar dramatismo y profundidad que requiere la partitura.

– El público: estas piezas son éxito seguro. Oliver Díaz señala cómo el público estalla en aplausos, y de manera afectuosa hacia España cuando se interpreta en el extranjero -como lo ha hecho este maestro en infinidad de países-. ‘Es una música que nos trae a nuestra cultura’, reflexiona.

Este programa doble se representa del 9 al 27 de abril, con dirección musical de Oliver Díaz y escénica de Juan Echanove, en el Teatro de la Zarzuela.