Guillermo Arriaga descarta que Trump busque adueñarse México porque «no quiere cucarachas»

El cineasta y escritor mexicano Guillermo Arriaga, en una imagen de archivo. EFE/ Francisco Guasco

Nacho Pacho

Madrid, 6 jun (EFE).- La nueva novela del mexicano Guillermo Arriaga, ‘El hombre’ (Alfaguara), está ambientada en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, un territorio que asegura ser una «obsesión» para él desde hace muchos años.

Un límite fronterizo que ha sufrido cambios a lo largo de los años, pero que Arriaga descarta que vaya a volver a modificarse, ya que no cree que el presidente estadounidense, Donald Trump, vaya a intentar quedarse con parte México, porque «no quiere cucarachas».

En una entrevista con EFE, el guionista y escritor recuerda que, cuando EE.UU. anexionó Texas y Nuevo México -una superficie similar a toda Argentina-, los estadounidenses pensaron quedarse todo el país, pero no lo hicieron porque hay mexicanos y eso no les interesaba.

«Para EEUU, los mexicanos son cucarachas. Para qué van querer más cucarachas», agrega Arriaga, que, por el contrario, cree que a Trump sí que le interesa Canadá, porque allí hay blancos.

El ganador del premio Alfaguara 2020 por su libro ‘Salvar el fuego’ recomienda cruzar a pie la frontera entre México y EE.UU. porque «cambia por completo la perspectiva que tienes de los dos países».

«Es curioso -continúa- como apenas cruzas y ya estás en un mundo completamente distinto y, sin embargo, sigues sintiendo que es México. Nadie habla inglés; prácticamente todas las personas hablan español en la frontera. Yo diría que el 95 % de las personas hablan español en la frontera. Es muy curioso ese mundo fronterizo», explica Arriaga.

‘El hombre’ explora la vida de Henry Lloyd, un personaje robusto, con un pasado misterioso, de una gran brutalidad, repleto de contradicciones y que amasa una gigantesca fortuna en el territorio de Texas de la que viven durante muchas décadas sus descendientes, una estirpe obligada a gestionar ese legado.

Y todo ese dinero Lloyd lo hace al frente de un ejército de esclavos africanos negros y batallando en las guerras entre México, EE.UU. y los indios apaches.

Una época de masacres y gran violencia, que se refleja en la novela desde las primeras líneas, en las que un muchacho muere cruelmente a manos de otro.

A juicio de Arriaga, no todo México está actualmente sumido en la violencia y subraya que, cuando en Alemania le dicen que su país es violento, el siempre les recuerda que «en México no ha habido una matanza de treinta millones de personas».

«Ahora, nosotros estamos poniendo los muertos y los países del primer mundo están poniendo la diversión. El americano se mete cocaína y heroína y disfruta de sus drogas, y nosotros somos los que estamos poniendo los muertos. Pero ya sí se les convirtió en un problema con el fentalino, porque les mata», argumenta el guionista de ‘Amores perros’ sobre la violencia generada por el narcotráfico.

En cuanto a la violencia durante la conquista de América, Arriaga no cree que España tenga por qué pedir perdón, a pesar de que reconoce que hay sectores de la población mexicana que se sienten «lastimados».

«Los indígenas se sintieron vulnerados. Eso es indudable. Pero México es un país que creció de muchas raíces y creo que hay que aceptar que la historia es así», añade.

El guionista de ‘Babel’ sostiene que cuando escribe una novela no tiene mucha idea ni de por dónde va a discurrir la historia ni cómo se construyen los personajes, ya que deja que la trama «crezca por sí misma».

Pasajes de ‘El hombre’ carecen de signos de puntuación, unos monólogos narrados en segunda persona, que, según Arriaga, fueron de las partes que le dieron «más trabajo», porque están hechos «en términos de filigrana» para «crear una puntuación mental».

Esta novela nació hace muchos años en la mente del autor mexicano como una película, pero «no funcionaba», mientras que recuerda que hubo un novela en la que trabajó durante un tiempo y «no funcionó», por lo que la transformó en una película, ‘Amores perros’.