Madrid, 12 jul (EFE).- El artista conquense Gustavo Torner celebra este domingo su centenario en su casa de Cuenca y rodeado de su familia y amigos más cercanos, mientras fundaciones, museos, galerías y hasta la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando homenajean al pintor, escultor, grabador, diseñador, museógrafo y asesor artístico nacido el 13 de julio de 1925.
Maestro de la abstracción y creador, junto al artista Fernando Zóbel, del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Medalla de Oro a las Bellas Artes, entre otras distinciones, Torner es estos días objeto y protagonista de exposiciones como la de la Academia o la Fundación Juan March, y ciclos de conferencias y homenajes como los organizados por el Ayuntamiento de Cuenca y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, entre otros.
Torner es uno de los artistas españoles más representativos de la segunda mitad del siglo XX y su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas, en museos, instituciones y organismos o al aire libre en lugares tan emblemáticos como la Biblioteca del Congreso de Washington, la Tate Gallery de Londres o en la llamada Plaza de los Cubos de Madrid.
Nació en Cuenca, el 13 de julio de 1925, y estudió Ingeniería técnica forestal en Madrid, cuando sus profesores descubrieron su habilidad para el dibujo, lo que le llevó a realizar láminas botánicas para la publicación ‘Flora Forestal Española’.
Tras finalizar su carrera en 1947, Torner fue destinado a Teruel, aunque continuó pintando y exponiendo hasta que, en 1962, la Tate Gallery de Londres adquirió una de sus obras y expone en la VI Bienal de Venecia, donde conoció al pintor Fernando Zóbel.
Ambos hablan de fundar el futuro Museo de Arte Abstracto Español, que se inauguraró en 1966 en las Casas Colgadas de Cuenca y que reunió en torno a sí a un grupo de artistas como Gerardo Rueda, Antonio Lorenzo, Rafael Canogar, Manuel Millares o Martín Chirino, integrantes e lo que se conoció como “El Grupo de Cuenca”, aunque el propio Torner aseguraba que “lo de grupo lo han dicho los demás, nosotros éramos un grupo de amigos sin más».
En los sesenta compaginó la pintura y la escultura. De este período son varias realizaciones monumentales expuestas en Madrid, entre ellas la Plaza-Escultura, una fuente inspirada en el escritor Jorge Luis Borges, en la calle Serrano; ‘La rectitud de las cosas’, en Carabanchel, o ‘Reflexiones’, la famosa cascada de cubos metálicos en la llamada “Plaza de los Cubos” de Madrid.
En Cuenca realizó el monumento a la Constitución y participó en el Plan General de Urbanismo de dicha ciudad.
Polifacético, Torner también se ha dedicado al interiorismo, a la decoración arquitectónica, a la escenografía teatral y al diseño de museos y exposiciones dejando su impronta en el diseño del Museo Diocesano de la Catedral de Cuenca, del Jardín de Esculturas de la Fundación Juan March, en Madrid; la sucursal de Loewe en Nueva York o las vidrieras para la Capilla Mayor de la Catedral de Cuenca.
Asesor artístico de la Fundación Juan March durante 30 años, Torner organizó y creó el diseño de exposiciones como ‘Arte’73’, una muestra antológica de arte español contemporáneo con la que la fundación inició oficialmente sus actividades culturales en Madrid en 1975; la exposición ‘Goya: Caprichos-Desastres-Tauromaquia-Disparates’ (1979) o las que introdujeron al público madrileño a artistas como Francis Bacon, Mark Rothko o Andy Warhol.
Asiduo colaborador del Museo del Prado, en 1982 comenzó a formar parte del equipo de reestructuración de nuevas salas. También realizó escenografías y figurines, como los de la ópera ‘El poeta’, con Plácido Domingo, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Entre sus exposiciones destaca la retrospectiva que le dedicó en 1991 el Museo Reina Sofía de Madrid. Precisamente en dicho centro el artista depositaría en 2003 unas seiscientas de sus obras.
Al año siguiente creó la Fundación Torner y el 7 de diciembre de 2005, tras finalizar las obras de restauración de la iglesia de San Pablo, en el antiguo convento de dominicos de Cuenca, fue inaugurado el Espacio Torner, museo que expone con carácter permanente pinturas y esculturas del artista, muchas de ellas cedidas por el Museo Reina Sofía.