Hallan dos cadáveres con signos de tortura en un supuesto centro de estafas de Camboya

Archive. Phop Phra (Thailand), 12/02/2025.- People who were rescued from scam centers cross from Myanmar to Thailand aboard a barge, at the Myanmar-Thai border of Phop Phra district, near Mae Sot, Tak province, northern Thailand, 12 February 2025. A total of 261 people of various nationalities, who were lured and trafficked by suspected Chinese-operated call center scammer gangs, were rescued by Myanmar’s Democratic Karen Buddhist Army (DKBA) and handed over to Thai authorities, according to Thai commander of the Rajamanu Task Force, Nattakorn Rueantip.  (Birmania, Tailandia) EFE/EPA/SOMRERK KOSOLWITTHAYANANT

Bangkok, 17 ago (EFE).- Dos cádaveres, entre ellos el de un ciudadano surcoreano, con signos de tortura han sido encontrados en un contenedor de un supuesto centro de estafas digitales en el sur de Camboya, según informó este domingo el diario The Korea Herald.

El medio apunta que los cuerpos fueron descubiertos el jueves en un contenedor en un supuesto centro de estafas digitales de la provincia meridional camboyana de Kampot, e indica que el cadáver del surcoreano se encontraba envuelto en mantas y en una bolsa de plástico, con la cara hinchada, amoratada y ensangrentado.

El estado del cadáver sugería que «pudo haber sido golpeado hasta morir», señala el medio, que no aclara la nacionalidad del otro fallecido.

El Ministerio de Exteriores surcoreano pidió «inmediatamente» una investigación a las autoridades camboyanas, añade.

El lugar en el que se encontraron los cuerpos es «uno de los muchos (centros de estafa) que en Camboya gestionan supuestamente las mafias chinas», anota el diario, que presume que el hombre estuvo encerrado allí antes de morir.

La proliferación de estos centros en muchos países del Sudeste Asiático, entre ellos Camboya, se remonta a la pandemia de covid-19, cuando después de comenzar siendo casinos ligados al blanqueo de capitales durante los confinamientos pasaron al espacio digital y se dedicaron a sofisticados engaños ayudados de alta tecnología.

Sus empleados -la mayoría jóvenes extranjeros con conocimientos tecnológicos y de idiomas, según el Informe Global sobre Trata de Personas de la ONU del pasado diciembre- son forzados a engañar a terceros a veces mediante argucias amorosas o falsas promociones financieras.

Testigos y extrabajadores de estos centros los describen como miniciudades donde quienes no cumplen objetivos son esposados, torturados y forzados a permanecer en su interior.

El negocio genera más de 43.800 millones de dólares anuales, según el Instituto para la Paz de EE.UU., y es muy lucrativo para Nom Pen.

Una investigación de Humanity Research Consultancy (HRC) estima que Camboya ingresa por estafas cibernéticas entre 12.500 y 19.000 millones de dólares cada año.

Amnistía Internacional (AI) acusó recientemente a las autoridades de Camboya de ser cómplices de estos delitos en auge en la región, y denunció en un documento que en estos centros «se han cometido o continúan cometiéndose abusos contra los derechos humanos, como trata de personas, tortura y otros malos tratos, trabajo forzoso, trabajo infantil, privación de libertad y esclavitud». EFE

pav/amg