Hallan en Valls (Tarragona) los restos de la ciudad íbera de Kissa, escenario de las guerras púnicas

Un equipo de arqueólogos de la Universitat de Barcelona (UB) ha localizado en Valls (Tarragona) los restos de la ciudad íbera de Kissa, importante escenario de las guerras púnicas y donde el ejército romano libró su primera batalla en territorio de la actual Cataluña en el año 218 a.C. Fotografía facilitada por la UB. EFE

Tarragona, 24 abr. (EFE).- Un equipo de arqueólogos de la Universitat de Barcelona (UB) ha localizado en Valls (Tarragona) los restos de la ciudad íbera de Kissa, importante escenario de las guerras púnicas y donde el ejército romano libró su primera batalla en territorio de la actual Cataluña en el año 218 a.C.

“A pesar de que fue un acontecimiento capital en el desarrollo de las guerras púnicas entre Cartago y Roma y en el inicio de la ocupación de la Península Ibérica por parte de las tropas romanas, la ubicación de Kissa se desconocía”, informa la UB en un comunicado.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona sitúa los restos de esta población en el yacimiento del Vilar de Valls.

«El hallazgo de monedas púnicas y de proyectiles de balista en el interior de casas destruidas, así como la secuencia estratigráfica del asentamiento y el análisis de las fuentes históricas, son evidencias que nos permiten asegurar que el yacimiento del Vilar de Valls es la antigua Kissa», explica el profesor de arqueología de la UB Jaume Noguera, director de las excavaciones.

Según Noguera, los cartagineses atacaron y destruyeron parcialmente Kissa en el 218 a.C. durante una campaña militar liderada por Aníbal Barca.

Al cabo de unos meses, las tropas romanas desembarcaron en Empúries y derrotaron al ejército cartaginés, que se había instalado cerca de Kissa.

Estos hechos, relatados por los historiadores de la época romana Polibio y Livio, significaron el comienzo de la ocupación romana de la Península Ibérica.

Además, la victoria romana impidió que Aníbal pudiera recibir refuerzos durante las batallas que libró en el territorio de la actual Italia.

Las excavaciones han confirmado que Kissa era una ciudad íbera de grandes dimensiones: tenía unas ocho hectáreas de extensión, podría haber acogido a unos cinco mil habitantes y habría estado rodeada por un imponente sistema defensivo, con murallas de ocho metros de ancho y un foso de cuatro metros de profundidad y catorce metros de ancho.

Entre los elementos que se han puesto al descubierto destacan tres barrios y dos calles de seis metros de ancho, una de ellas con una conducción de agua o alcantarilla.

Las excavaciones también permiten constatar que la ciudad no fue abandonada inmediatamente después de su destrucción, sino que continuó con población entre diez y veinte años más.