Hallan un pterosaurio en Arizona, el reptil alado más antiguo conocido en Norteamérica

Una reconstrucción artística del paisaje fosilizado, las plantas y los animales encontrados en un yacimiento del Parque Nacional del Bosque Petrificado, en Arizona. Crédito: Ilustración de Brian Engh.

Redacción Ciencia, 7 jul (EFE).- Hace 14 años un equipo de investigadores se adentró en el Parque Nacional del Bosque Petrificado, en Arizona (Estados Unidos), en busca de fósiles de los antepasados de los mamíferos; en su lugar, hallaron un yacimiento único del Triásico donde han descubierto el pterosaurio más antiguo conocido de Norteamérica.

El fósil, del tamaño de una gaviota, se corresponde con un tipo de reptil alado que vivió junto a los dinosaurios hace 209 millones de años, y fue de los primeros vertebrados en desarrollar el vuelo propulsado, según describe un artículo en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias Americana.

Los investigadores, dirigidos por el paleontólogo Ben Kligman, del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, presentan la mandíbula fosilizada de la nueva especie, y describen el pterosaurio, junto con cientos de otros fósiles, incluido uno de los más antiguos del mundo, uno de tortuga, en el yacimiento Parque Nacional del Bosque Petrificado.

Ese espacio natural de Arizona, que visualmente parece un desierto pintado por su colorida concentración de madera petrificada, se ha convertido en un yacimiento oseo de referencia del final del período Triásico, hace unos 209 millones de años (según la datación de los minerales que contiene).

 

Ben Kligman paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, excavando un yacimiento de huesos en el Parque Nacional del Bosque Petrificado de Arizona en 2025. Crédito: Ben Kligman, Instituto Smithsoniano.

Convivencia de animales de distintas eras

Los investigadores han visto que la excavación muestra “un ecosistema dinámico en el que grupos de animales más antiguos, como anfibios gigantes y parientes antiguos de los cocodrilos, convivían con nuevos grupos evolutivos como ranas, tortugas y pterosaurios”, señala Kligman en un comunicado del Smithsonian.

“El yacimiento captura la transición hacia comunidades vertebradas terrestres más modernas, en las que empezamos a ver grupos que prosperaron posteriormente, en el Mesozoico, conviviendo con estos animales más antiguos que no sobrevivieron al Triásico”, añade Kligman.

El investigador incide en que estos hallazgos “ayudan a llenar un vacío en el registro fósil anterior a la extinción del Triásico, hace unos 201,5 millones de años, cuando las erupciones volcánicas asociadas a la ruptura del supercontinente Pangea alteraron drásticamente el clima global y acabaron con aproximadamente el 75 % de las especies de la Tierra.

Esos cambios allanaron el camino para que nuevos grupos, como los dinosaurios, se diversificaran y dominaran los ecosistemas de todo el mundo.

Esta parte del noreste de Arizona se encontraba en el centro del supercontinente Pangea y justo por encima del ecuador hace 209 millones de años.

El entorno semiárido de la zona estaba atravesado por pequeños cauces fluviales y probablemente era propenso a inundaciones estacionales, que arrastraban sedimentos y cenizas volcánicas hacia los cauces.

Los investigadores creen que alguna de aquellas inundaciones debió sepultar a las criaturas conservadas en el yacimiento.

El hogar de las más variopintas criaturas

En total, el equipo ha descubierto más de 1.200 fósiles individuales, entre los que se incluyen huesos, dientes, escamas de pez o excrementos fosilizados de 16 grupos diferentes de animales vertebrados.

Los restos fósiles indican que los ríos entrelazados de la región estaban llenos de peces, tiburones de agua dulce o antiguos anfibios, algunos de los cuales alcanzaban los dos metros de longitud.

Mientras que el entorno circundante era «el hogar de temibles reptiles que evolucionaron a principios del Triásico, entre ellos herbívoros acorazados y depredadores dentudos que se asemejaban a cocodrilos gigantes», señalan los autores.

Junto a aquellas criaturas vivían una variedad de animales más familiares, entre ellos parientes de las primeras ranas.

Una tortuga con coraza de púas

Los investigadores también describieron los fósiles de una antigua tortuga con una coraza con púas y un caparazón que cabía dentro de una caja de zapatos. Este animal vivió aproximadamente en la misma época que la tortuga más antigua conocida, cuyos fósiles fueron descubiertos en Alemania.

«Esto sugiere que las tortugas se dispersaron rápidamente por Pangea, lo cual es sorprendente para un animal que no es muy grande y que probablemente caminaba a paso lento», señala Kligman.

Por su parte, la nueva especie de pterosaurio que descubrió el equipo es una de las especies más antiguas de las encontradas fuera de Europa: «El reptil alado habría sido lo suficientemente pequeño como para posarse cómodamente en el hombro de una persona».

Su mandíbula desgastada, reveló que el pterosaurio se alimentaba posiblemente de los peces del yacimiento, muchos de los cuales estaban recubiertos de escamas similares a una armadura.

El equipo ha bautizado a la nueva especie de pterosaurio como ‘Eotephradactylus mcintireae‘, que significa ‘diosa del amanecer con alas de ceniza’ en referencia a la ceniza volcánica del yacimiento, a la posición de los animales cerca de la base del árbol evolutivo de los pterosaurios, y al apellido de su descubridora.