Ciudad de México, 5 jul (EFE).- En medio de un entorno económico incierto, el «hambre» creciente de los jóvenes mexicanos por nuevos sistemas para crecer, multiplicar e invertir su dinero, propicia un entorno favorable para nuevas tendencias como el ‘prop trading’, entre otros.
Ahora, los jóvenes mexicanos de entre 18 y 35 años, quienes muestran mayor apetito al riesgo, están cambiando su relación con el dinero y ya no se conforman con mantener sus ahorros en cuentas bancarias o en efectivo, sino que buscan opciones en financieras tecnológicas (Fintech).
De hecho, la más reciente encuesta de Finnosummit revela que un 56 % de los nuevos inversionistas en México prefieren comenzar mediante plataformas digitales, un 9 % en casas de bolsa y un 8 % con un asesor independiente.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 apunta que siete de cada 10 mexicanos ya usa aplicaciones móviles para operaciones financieras.
Albert Suriol, fundador de la firma Wall Street Funded (WSF), con sede en Barcelona, destaca un rasgo fundamental en el perfil del inversionista mexicano: hambre.
“A diferencia de Europa, donde muchos viven en una zona de confort, el latinoamericano —y en especial el mexicano— tiene hambre de salir adelante”, afirma.
Este empuje, señala, lo convierte en el perfil ideal para modelos como el ‘prop trading’, donde en lugar de arriesgar su propio dinero, el usuario paga por demostrar sus habilidades como ‘trader’ o comerciante.
Si aprueba la evaluación, recibe capital para operar. “Nuestro negocio es prestar ese capital y compartir beneficios: el 80 % para el ‘trader’, el 20 % para nosotros”, explicó.
A diferencia del comercio tradicional, este modelo permite operar sin poner en juego los ahorros personales, lo que reduce el riesgo para el usuario y facilita el acceso al mundo financiero.
Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), hasta el primer trimestre de 2025, México registró 18,2 millones de cuentas de inversión, casi el doble respecto al mismo periodo de 2024.
No obstante, Wall Street Funded no es la única firma que ha detectado el potencial del mercado mexicano. Blue Whale Markets, liderada por Octavio Pozos, también ha centrado su estrategia en los jóvenes.
Su firma permite comenzar a invertir desde apenas 10 dólares (200 pesos), facilitando el acceso a acciones, ETFs, criptomonedas y divisas, tanto en el mercado nacional como en el estadounidense.
Pozos reconoce que México aún “está en pañales” en términos de volumen bursátil, pero ve un cambio en marcha.
Además del ‘prop trading’, señala que las acciones fraccionadas —como las de tecnológicas como Apple o Tesla— están ganando popularidad.
Lo mismo que las criptomonedas, pese a su volatilidad, siendo que un 2,1 % de la población ha comprado o invertido en cripto según la ENIF 2024.
También señala un interés por los commodities como el oro, considerado un refugio en contextos de inestabilidad geopolítica o económica, como guerras.
Para ambos empresarios el ecosistema digital y la cercanía con Estados Unidos han acelerado esta transformación.
“El mexicano sabe lo que pasa en la economía estadounidense, sigue el Nasdaq, el S&P 500, y por eso le resulta natural operar con esos activos”, explica Suriol.
Esa atención, dijo, explica por qué los productos financieros de EE.UU. son más demandados en México que los de la Bolsa Mexicana de Valores.
Pese al crecimiento del sector, tanto Suriol como Pozos destacaron que la falta de educación financiera sigue siendo un obstáculo.
“El mexicano promedio aún cree que invertir es para millonarios o que necesitas haber estudiado en Harvard para entender cómo funciona un mercado”, concluye Pozos.