Helton Leite: “Llegar al centro del fútbol era un desafío muy grande”

El meta del Deportivo Helton Leite (Belo Horizonte, Brasil), durante la entrevista con la Agencia EFE. EFE/Cabalar

A Coruña, 26 mar (EFE).- A Helton Leite (Belo Horizonte, Brasil) le han bastado siete meses para ganarse el cariño de Riazor. Llegó del Antalyaspor de la Superliga de Turquía para competir por la titularidad con Germán Parreño, uno de los héroes del ascenso a LaLiga Hypermotion, pero a partir de la tercera jornada se convirtió en el dueño de la portería blanquiazul.

El meta del Deportivo Helton Leite (Belo Horizonte, Brasil), durante la entrevista con la Agencia EFE. EFE/Cabalar

Su impacto en el Dépor está siendo brutal, hasta el punto de que muchas voces ya piden su renovación. A él no es algo que le quite el sueño. Es su manera de afrontar la vida. Le gusta vivir el presente, aunque tampoco esconde que sueña con jugar en LaLiga con el equipo coruñés, donde años atrás triunfaron muchos compatriotas como Mauro Silva, Bebeto, Rivaldo o Djalminha.

La historia de Helton no es la de tantos otros futbolistas brasileños crecidos en las favelas. El dueño de la portería deportivista es hijo del mítico João Leite da Silva Neto, guardameta de la selección brasileña y del Atlético Mineiro, y de una leyenda del voleibol de su país, Eliana Aleixo. Su hermana Daniela fue olímpica en Pekín 2008, compitiendo en la disciplina de gimnasia rítmica.

Quizá por ello, tiene la cabeza muy bien amueblada. Siente el fútbol como una misión de la vida más que como una profesional. Tiene muchos sueños, pero uno por encima del resto: ayudar a los más desfavorecidos. Y en eso trabaja junto a su mujer, uno de sus pilares. El primer paso ya lo ha dado en Angola.

– Pregunta: ¿Cómo están siendo estos primeros meses en A Coruña? ¿Cómo se está encontrando?

– Respuesta: Bien, la verdad es que muy bien. Estamos completamente adaptados y la verdad que nos sentimos como en casa. Adaptados a la cultura, a las personas, a la ciudad, al club. Creo que estamos en ese proceso de disfrutar un poco de todo.

– P: Después de su paso por Portugal y Turquía. ¿Le ha sorprendido el nivel de la Segunda División de España?

– R: Sí, cuando llegué la verdad es que sí, pero creo que fue más porque no seguía el campeonato, desconocía que su nivel era tan alto. Entonces, sí que al inicio me sorprendió, pero ha sido un ajuste, una adaptación muy rápida. Y en estos meses creo que crecí muchísimo. No digo mucho, pero ajusté un poco mi manera de jugar, mi manera de pensar. Todo eso por ese desafío de tener que adaptarme y de hacer las cosas bien.

– P: Se dice mucho que en España los porteros tienen que salir jugando desde atrás. ¿Lo ve así?

– R: Bueno, creo que depende mucho de los entrenadores y de la manera de jugar. A ver, yo en Turquía tenía un entrenador que le gustaba jugar siempre, pero también tuve otro entrenador al que no le gustaba jugar mucho. Por eso digo que depende. En general, en España hay una cultura de jugar, por eso es menos normal ver a un equipo que apuesta por algo diferente.

– P: ¿Se considera un portero técnico o más un portero intuitivo?

– R: No sé, creo que soy un portero un poco más equilibrado. No solo en mi manera de jugar, sino también en eso de tener un poco de técnica y también un poco de intuición. A mí me gusta mucho preparar el partido, conocer mucho a los jugadores y saber lo que puede pasar para estar siempre muy conectado con el momento. Me preparo para todo eso, para saber lo que está pasando, pero también es importante tener la mente limpia para poder disfrutar y tomar buenas decisiones.

– P: De pequeño practicó voleibol. ¿Le ha ayudado en su carrera como portero?

– R: Creo que sí. Mi madre jugó en la selección brasileña, ha sido capitana del equipo nacional en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Dentro de mi casa siempre hemos tenido esa cultura del deporte. Mi madre quería que jugase al voleibol porque seguramente iba a ser muy alto -mide 1,96 metros- y lo hice durante tres o cuatro años hasta que me decidí por el fútbol. Creo que hay cosas que me ayudan de aquella etapa.

– P: Entonces decidió seguir los pasos de su padre, internacional con Brasil y un ídolo en el Atlético Mineiro. ¿Tanto le marcó?

– R: Él se retiró cuando yo tenía dos años, no lo he visto jugar, pero me marcó muchísimo. Jugó en el equipo de nuestra ciudad y desde pequeño la gente siempre me habló de él, para mí es una referencia, tanto en mi vida como en mi carrera.

– P: Tras su paso por Portugal y Turquía. ¿Era un desafío jugar en España?

– R: Era un desafío muy grande llegar al centro del fútbol, y creo que España está exactamente ahí junto a Inglaterra e Italia. Alemania y Francia también están cerca. Tenía ese objetivo, ese sueño, ese deseo de jugar en una competición así. Cuando salí del Benfica hacia Turquía tenía claro que quería regresar a Europa, tener la oportunidad de jugar en una de sus grandes ligas. Y ahí apareció el Dépor.

– P: ¿Esperaba que le fuera tan bien en su primera temporada?

– R: Antes de llegar, esperaba mucho. Después, cuando llegué ya no esperaba tanto. Y hoy sí que, no digo que estoy sorprendido, pero no pensaba que las cosas pasarían tan rápido. Viví un poco ese proceso de tener que decir ‘calma’ porque es un desafío grande. Y ahora lo estoy disfrutando porque las cosas están saliendo bien.

– P: ¿Le ilusiona triunfar en un club donde muchos compatriotas suyos se convirtieron en ídolos del deportivismo?

– R: Mucho. La verdad es que no esperaba tener la oportunidad de venir al Dépor, mi mujer -presente durante la entrevista- lo puede confirmar todo. Desde la primera llamada del Dépor, desde la primera, le dije que este era el sitio en el que tenía que estar. Por eso estoy disfrutando intensamente de este momento. Estoy en un momento de mi carrera en el que no tengo que pensar en nada más que en el presente, en hacer muy bien las cosas para tener los mejores resultados, para tener éxitos. Por eso, cuando tuve esta oportunidad me ilusionó muchísimo. Estoy muy feliz, muy contento de estar aquí.

– P: Su equipo es el tercer mejor visitante de la categoría y, sin embargo, tiene casi números de descenso en Riazor. ¿Le encuentra alguna explicación?

– R: La verdad es que no. Tenemos que insistir, seguir trabajando para ver si en estos últimos partidos podemos cambiar esa mala racha. La verdad es que no estamos haciendo mal las cosas, pero igual nos falta un poco esa pizca de suerte.

– P: Le resta un año de contrato. ¿Sueña con jugar en Primera con el Deportivo?

– R: Creo que ese es el sueño de todos nosotros, pero no pienso en más allá de esta temporada. Nos quedan diez partidos muy importantes y tengo que estar centrado en eso. El club necesita seguir creciendo. Las cosas se están haciendo bien y estoy seguro de que el Dépor volverá a estar en Primera. ¿Cuándo? No lo sé, ojalá que pronto.

– P: Fuera del fútbol, usted y su mujer son embajadores de una ONG Internacional en África.

– R: Sí, en Angola. Se llama Criança Feliz. Ayudamos a los niños más vulnerables, a aquellos que sus padres no tienen la capacidad de darles una educación buena, de darles unos valores. Es algo que poco a poco viene creciendo en mi corazón. Quiero seguir ayudando en estos proyectos. Los responsables de este proyecto son de nuestra ciudad, de Belo Horizonte, y hemos crecido juntos. Luego se fueron a Angola y decidieron, con el soporte de la Iglesia, empezar ese proyecto en el que hoy ya están ayudando a muchísimos niños. Es un proyecto muy bonito. No sé cuándo porque tenemos un bebé en casa -de un año-, pero queremos estar allí ayudando. Están haciendo cosas increíbles, dando oportunidades a muchos niños.

– P: Sigue un poco los pasos de su padre.

– R: Creo que los deportistas tienen que implicarse en proyectos así porque desde su posición son los que más pueden ayudar. Refleja un poco esa responsabilidad social que debemos tener. Mi padre estuvo 30 años en política y ha iniciado muchos proyectos para niños vinculados al deporte. Creo que son un poco mis obligaciones.

David Moldes