Hlynur Pálmason, el cineasta islandés descubre su faceta artística en Tabakalera

El cineasta y artista islandés Hlynur Pálmason (c) este jueves durante la presentación de la primera exposición individual, organizada por Tabakalera en colaboración con el Festival de San Sebastián y Elías Querejeta Zine Eskola, en la que se pueden ver ideoinstalaciones, fotografías, dibujos y esculturas de Pálmason.EFE/Javier Etxezarreta

San Sebastián, 26 jun (EFE).- Un mes después de su paso por Cannes con su último filme, el director islandés Hlynur Pálmason inaugura en el centro Tabakalera de San Sebastián su primera exposición individual, en la que confluyen el cine y las artes plásticas y en la que, como en sus películas, la naturaleza ejerce de motor para la creación.

La componen instalaciones audiovisuales, fotografías, pinturas y esculturas de «una coherencia estética formal absoluta», según ha destacado Clara Montero, directora cultural de Tabakalera, este viernes en la presentación de la muestra, organizada en colaboración con el Festival de Cine de San Sebastián y la Elías Querejeta Zine Eskola (EQZE).

El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, la comisaria de la exposición, Joana Hurtado Matheu, y el propio Pálmason se encontraban también en el centro de cultura contemporánea donostiarra, el lugar donde en 2022 se proyectó su largometraje ‘Godland’, estrenado en Cannes y que ganó el premio de la sección Zabaltegi-Tabakalera del certamen donostiarra.

Su participación en el Festival de San Sebastián aquel año, en que Pálmason formó parte además del jurado de la Sección Oficial, fue el punto de partida de una relación que ahora se ha materializado en esta exposición que remite a su cine, a ‘Godland’ y a su trabajo más reciente, ‘The Love That Remains’, de la que Rebordinos ha dicho que es la película «con más ideas nuevas» que ha visto este año.

Paisaje islandés

El cineasta y artista islandés Hlynur Pálmason (i) este jueves durante la presentación de la primera exposición individual, organizada por Tabakalera en colaboración con el Festival de San Sebastián y Elías Querejeta Zine Eskola, en la que se pueden ver ideoinstalaciones, fotografías, dibujos y esculturas de Pálmason.EFE/Javier Etxezarreta

En ‘Godland’, en la que el imponente paisaje islandés acoge el periplo de un sacerdote llegado de Dinamarca con el objetivo de construir una iglesia, las imágenes de un caballo en descomposición tienen mucho que decir, aunque la idea la fue desarrollando como proyecto artístico a la vez que iba preparando el filme.

Pálmason estuvo fotografiando y filmando con una cámara fija durante tres años un caballo al que tuvieron que sacrificar porque se había roto una pata. Todo ello quedó documentado para ‘Lament for a Horse’, una de las instalaciones audiovisuales que Tabakalera define como de las «más radicales y conmovedoras» del artista, que se completa con los huesos del animal, y una serie de polaroids que «destripan» el proceso de creación.

La pieza fue filmada en el entorno rural en el que vive Pálmason, y sus propios hijos participaron en el proceso, al igual que en ‘One Winter Series’, que inició en 2012 y en la que aún sigue inmerso, y que asimismo aparece en su último largometraje, el presentado en Cannes Premiere, aún sin estrenar, como parte del trabajo artístico de una de los protagonistas.

Formas geométricas

Son piezas de formas geométricas y espirales que son invadidas por el óxido, que va quedando impreso en la materia textil. Un audiovisual de doble proyección, filmado entre 2017 y 2025, muestra su progresivo desgaste mediante planos fijos.

«A veces solo obtengo una ‘cosecha’, no siempre sale bien», ha asegurado el artista y cineasta, al que le gusta «trabajar ‘con’ la naturaleza», observar y aceptar que esta también crea por su cuenta.

«No solo los humanos creamos cosas», apostilla Pálmason, cuyo apellido da nombre a la exposición, que se podrá visitar hasta el 28 de septiembre, el día siguiente a la clausura del Zinemaldia.

‘The Beginning and the End’ es la tercera propuesta del artista islandés, concebida expresamente para esta exposición, una narración poética rodada con cámaras analógicas y digitales, cuyo resultado es una meditación visual sobre el transcurso de la vida, a la que invitan asimismo sus otras instalaciones.