Astaná, 26 sep (EFE).- El kazajo Kairat Boranbáyev, presidente del Kairat, próximo rival del Real Madrid en la Liga de Campeones, aseguró a EFE que el partido de la próxima semana Kairat Almaty- Real Madrid permitirá que «el fútbol europeo amplíe pacíficamente sus fronteras» a Asia Central, un territorio incógnito hasta ahora para la UEFA.
«Estamos muy contentos de que un club kazajo esté entre los 30 mejores equipos de Europa. De esta forma, el fútbol europeo amplía pacíficamente sus fronteras», dijo en una videconferencia desde Almaty, la ciudad más populosa de la república centroasiática.
Y es que el Kairat acogerá el 30 de septiembre -Almaty se encuentra a unos 6.500 kilómetros de Madrid- el partido más oriental en la historia de la máxima competición continental.
«Al Real Madrid le deseamos éxitos. Queremos que el fútbol nos una. Que en el campo gane el fútbol», señaló Boranbáyev, cuyo país es vecino de Rusia.
Una gran fiesta en el corazón de Asia Central
El presidente, un empresario que posee el 70 % de las acciones del único club privado del país, insiste en que la visita del Real Madrid será «una gran fiesta».
«No sé si ha visto las imágenes de cómo el equipo recibió el sorteo. Habitualmente, muchos equipos no quieren que le toquen equipos difíciles. En cambio, los nuestros se alegraron de que nos tocara el Real Madrid», dijo entre risas.
De repente, todos los kazajos se olvidaron de sus equipos del alma, sean Real Madrid, Chelsea, Juventus o Barcelona, y todos comenzaron a apoyar al Kairat.
El encuentro ha despertado «una gran expectación» con más de mil peticiones de grandes compañías, más de 155.000 solicitudes de entradas por internet y todos los hoteles ocupados en las inmediaciones del estadio.
«Es la primera vez que nos topamos con un revuelo igual. El interés es enorme. Más aún cuando es nuestro primer partido en casa en la Liga de Campeones», explicó.
Almaty era una ciudad muy futbolística que perdió parte de su afición tras las dificultades económicas que conllevó la caída de la Unión Soviética. Por eso, Boranbáyev cree que el partido ante el Real Madrid puede servir para abrir una nueva página en la historia del club.
«La ciudad está desconocida. No se habla de otra cosa», confesó.
La UEFA mejor que la Confederación Asiática
El Kairat, considerado el «equipo del pueblo» en Kazajistán, era el único club de la república bañada por el mar Caspio que disputaba la liga soviética.
Una vez lograda la independencia en 1991, Kazajistán entró a competir en la Confederación Asiática, pero tras no clasificarse para el Mundial de 2002 decidió unirse a la UEFA.
La excusa fue que el 5-6 % del territorio de Kazajistán (menos de 150.000 kilómetros cuadrados) se encuentra al oeste de la cordillera de los Urales.
«Si nos hubiéramos clasificado para la Liga de Campeones asiática, hubiéramos recibido 25.000 euros. Así que la estabilidad financiera también tiene importancia», dijo.
El presidente destaca que el dinero que el Kairat recibe por jugar la Liga Conferencia es igual al presupuesto anual del club, mientras que si disputa la ‘Champions’, entonces «es tres veces más».
Además, preguntó: «Seamos sinceros, dígame cinco clubes en Asia. Difícil, ¿verdad? Seguramente usted me diría el equipo en el que juega Cristiano Ronaldo».
Joma en la camiseta
Las tensiones en el espacio postsoviético obligaron al club a cambiar de marca deportiva en su equipación oficial. Nike fue reemplazada por la española Joma, que ya trabaja con otros equipos de la región.
«Tuvimos varias ofertas y una de las mejores fue Joma. Trabajamos directamente con su cuartel general en España. Tenemos unas magníficas relaciones. En 2025 termina el contrato de tres años que tenemos con ellos», explicó.
Resalta, en particular, el hecho de que la compañía española fabrique camisetas con materiales procesados, lo que cumple con las exigencias ecológicas del club kazajo, muy concienciado con dicho tema debido a las pruebas nucleares en la estepa durante la URSS.
«Hablamos el mismo idioma: el fútbol. Tenemos diferentes tradiciones y filosofías de vida, pero todos somos personas que vivimos en el mismo planeta. Y el fútbol debe servir para unirnos», sentenció.