Nueva York, 10 sep (EFE).- La oenegé Human Rights Watch (HRW) pidió al Gobierno de Nepal investigar los tiroteos de la policía que mataron a decenas de manifestantes -30 hasta la fecha- que protestaban en el país contra la prohibición de 26 redes sociales y la corrupción.
«Las autoridades nepalíes deben investigar de manera rápida e imparcial el uso de la fuerza por parte de la policía, y sancionar o enjuiciar adecuadamente a todos los responsables de los abusos, independientemente de su rango», apunta la organización en un comunicado.
HRW asegura que la policía de Nepal utilizó fuerza «letal» para reprimir las protestas juveniles que comenzaron el 8 de septiembre y que se han saldado ya con la muerte de 30 personas, según cifras del ministerio de Salud de Nepal, citado por el diario local The Kathandu Post.
Según la oenegé, en Katmandú la policía utilizó gases lacrimógenos, cañones de agua y munición real contra multitudes compuestas en su mayoría por jóvenes y niños.
Del mismo modo, también abrió fuego en Itahari, al sureste de Nepal, donde murieron dos personas, así como en otras ciudades.
Y usó gas lacrimógeno en el Hospital Civil de Katmandú, donde fueron trasladados algunos de los heridos.
Según los datos del ministerio, más de un millar de personas resultaron heridas durante estas protestas, lideradas por la autodenominada ‘Generación Z’ en Nepal.
Human Rights Watch señala en su comunicado que en Internet circularon rápidamente imágenes gráficas que parecen mostrar a la policía disparando contra manifestantes pacíficos, algunos de ellos con uniformes escolares o universitarios.
Algunas de las víctimas, incide, recibieron disparos en la cabeza.
Según afirma una fuente de seguridad a Human Rights Watch, había «órdenes de arriba» para responder de forma agresiva a las manifestaciones.
«El Gobierno tiene un historial de silenciar al libertad de expresión en Internet, lo que viola el derecho a la libertad de expresión», escribe HRW, que señala que la policía nepal también tiene una historia de uso «innecesario» de fuerza letal contra manifestantes.
La directora adjunta para Asia de HRW, Meenakshi Ganguly, anota que los disparos de la policía contra los manifestantes en Katmandú y en todo Nepal «muestran el espantoso desprecio del Gobierno por la vida de sus propios ciudadanos y su desesperada necesidad de reprimir las críticas».
La oenegé indica además que Nepal es el país que más contribuye a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, proporcionando personal del Ejército y la Policía nepalíes, y pide que ningún oficial o unidad implicado «en los abusos» del 8 de septiembre participe en futuras misiones.
Hoy, el Ejército nepalí desplegó tropas por toda Katmandú, impuso un toque de queda indefinido y advirtió de que cualquier acto de vandalismo, saqueo o incendio deliberado sería procesado como delito, como respuesta a dos jornadas de grave escalada de violencia. EFE
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