Barcelona, 12 sep (EFE).- La reunión que celebraron el pasado 2 de septiembre en Bruselas (Bélgica) el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, y el líder de Junts, Carles Puigdemont, sirvió para que ambos constataran la distancia política que les separa.
Así lo han reconocido ambos, Illa en una entrevista con La Sexta y Puigdemont en un mensaje en la red social X, tras la Diada del 11 de septiembre.
Illa no ha querido dar detalles de la conversación que mantuvo con Puigdemont en la sede de la delegación de la Generalitat en Bruselas la semana pasada, pero sí ha señalado que fue «una reunión cordial», aunque ambos constataron que tienen «puntos de vista muy distintos».
«Estoy contento de esta reunión», ha afirmado Illa, que ha justificado su encuentro con Puigdemont: «¿Cuál es la alternativa?», se ha preguntado.
El presidente catalán y líder del PSC ha remarcado que seguir «permanentemente enrocados y mirando hacia atrás» no es una buena alternativa y ha recordado que Puigdemont, como líder del segundo grupo más numeroso del Parlament, «tiene una representación de una parte importante de la ciudadanía de Cataluña».
De hecho, en su discurso institucional con motivo de la Diada, Illa reivindicó la «pluralidad política con la participación plena de todos los actores políticos escogidos por los catalanes».
Fue, según ha explicado Illa, «un guiño» a Puigdemont, que «no puede desarrollar su actividad política en Cataluña», y también «un guiño explícito» al presidente de ERC, Oriol Junqueras, que sigue inhabilitado y «no puede concurrir a unas elecciones».
En este sentido, ha pedido que «se aplique en su plenitud la ley de amnistía», porque «la convivencia es el bien más preciado» y «hay que mirar hacia adelante».
Puigdemont: «Tenemos puntos de vista muy diferentes»
La respuesta de Puigdemont ha llegado a través de un mensaje en X, en el que ha confirmado su distancia política con Illa: «Sí, tenemos puntos de vista muy diferentes sobre Cataluña».
«La quiero independiente y libre, y él la quiere dependiente y sometida. Quiero una Cataluña donde todo el mundo, incluidos los jueces y policías, tenga el deber de saber el catalán. Él cree que solo ha de ser obligatorio el castellano. Quiero una Cataluña donde el gobierno del país haga de la lengua catalana la lengua de trabajo y vehicular en todos los ámbitos de su competencia. Él no», ha escrito.
Mientras el líder de Junts reivindica «una Cataluña que pueda recaudar, administrar y gestionar todos los impuestos que pagan sus habitantes», el presidente de la Generalitat «quiere que sea el Estado quien decida cómo se reparte el dinero de los catalanes».
Puigdemont ha incluido en la lista de diferencias con Illa sus puntos de vista sobre «expolio fiscal» de Cataluña, salario mínimo interprofesional, pensiones, competencias para la gestión de Rodalies, aeropuertos y puertos, selecciones deportivas catalanas, inversiones del Estado y el papel de Barcelona como capital o como «sucursal» de Madrid.
«La lista es mucho más larga, pero ya queda claro que tenemos puntos de vista muy diferentes», concluye.