Impaciencia y resignación: cientos de viajeros en Chamartín esperan poder llegar a Galicia

Viajeros esperan en la estación de Chamartín este jueves en el que la línea de alta velocidad ferroviaria entre Madrid y Galicia continúa interrumpida pendiente de reanudar el servicio a consecuencia del incendio en la provincia de Ourense, cuando se inicia el puente de la virgen de la Asunción, el 'ferragosto', la épcoa del año con más desplazamientos. EFE/ Chema Moya

Míriam Sierra

Madrid, 14 ago (EFE).- Son las nueve y media de la mañana de este jueves, 14 de agosto, y la estación ferroviaria de Chamartín, en Madrid, amanece de nuevo con problemas, esta vez por los incendios que han cortado la conexión con Galicia, y que han dejado varados a cientos de viajeros que afrontan con impaciencia y resignación esta jornada.

Es pleno mes de agosto, cambio de quincena y el viernes arranca el puente de la Asunción, en el que se multiplican los desplazamientos. En la estación, cientos de personas miran con impaciencia las pantallas, a la espera de obtener nueva información sobre sus trenes.

Es el caso de Anaïs, Berta y Magdalena, tres jóvenes con las que ha hablado EFE y que se han conocido en la estación, a las 8, cuando iban a coger el mismo tren que las iba a llevar a A Coruña o a Santiago, pero que no ha salido. A dos las esperan en dos bodas y la tercera iniciaba sus vacaciones. Ahora no saben cómo llegarán a sus destinos.

Han pensado en juntarse y echarse a la carretera, pero lo han descartado. «Hemos mirado el mapa por la posibilidad de cancelar e ir en coche, pero es todavía peor», «hay incendios en todos los lados, es una barbaridad, es una pena», explica a EFE Anaïs.

Todas han acudido a Chamartín sabiendo la posibilidad de retrasos, gracias al mensaje que les envió Renfe el día de antes. Es lo mismo que le ha ocurrido a Paula, otra joven varada en esta estación, que ha acudido esperanzada con que la situación volviese este jueves a una relativa normalidad.

Es el mismo pensamiento que ha impulsado a muchos de los viajeros que esperan en una estación que sigue en obras y donde muchos están obligados a permanecer de pie ante la falta de asientos libres. Y la espera, confiesan, es «indefinida».

La incertidumbre y la falta de detalles dados por la operadora, Renfe, provoca las quejas de Noelia y Rocío, que no saben cuándo podrán llegar a la fiestas de un pueblo de Pontevedra, en el fin de semana cumbre de las fiestas patronales.

Las incidencias se arrastran desde ayer y también el martes el fuego interrumpió el servicio. Las llamas han obligado a una pareja a hacer noche en Madrid, en un hotel cuyo gasto ha asumido Renfe.

Salieron ayer desde Galicia, pero tras una espera de tres horas el primer tramo del viaje tuvieron que hacerlo en autobús, de Ourense a Puebla de Sanabria (Zamora) y no llegaron a tiempo para coger el AVE que les tenía que llevar a su destino final: Alicante.

Este jueves cogen su segundo tren hacia el Levante, mientras en su memoria han quedado el fuego y las tierras calcinadas, el único paisaje que veían desde el autobús que les llevó a Zamora. Hicieron fotografías, que enseñan en sus móviles.

Aunque la esperanza llegaba en torno a las diez de la mañana, cuando Renfe anunciaba que restablecía la circulación entre Madrid y Galicia, al mediodía el servicio ha quedado de nuevo suspendido por indicación de Protección Civil. De nuevo está cerrado al tráfico el tramo entre Puebla de Sanabria y Ourense.

Las llamas y el fuego no entienden de vacaciones. En Ourense son ya 22.000 las hectáreas calcinadas y la situación es tan compleja que hay viajeros que se arman de comprensión, asumen que esta crisis «no está en la mano de Renfe» y que la empresa ha gestionado de la mejor posible la situación, sabiendo que los incendios son «algo muy difícil de controlar». EFE