Óscar R. Ventana
Valladolid, 1 sep (EFE).- Castilla y León afronta septiembre y este nuevo curso político marcada por los incendios forestales del peor agosto de su historia autonómica, con tres personas fallecidas, varios heridos de gravedad, al menos 141.000 hectáreas de terreno arrasado y miles de ciudadanos evacuados de sus casas por la cercanía de los fuegos y el humo, ahora ya apaciguados.
Con la fecha concreta aún por determinar, la Junta de Castilla y León fijó hace unos días el mes de marzo como el elegido para dar por culminada la presente legislatura autonómica.
En la práctica, esto significa que con septiembre comienzan siete meses de una larga ‘precampaña electoral’ que olerá a cenizas, con un PSOE pidiendo la dimisión de Mañueco y su consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Está por ver cómo influye la gestión de los fuegos en esta batalla política, con la que España inicia un nuevo ciclo electoral en Castilla y León.
Ya ocurrió en febrero de 2021, cuando el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP), adelantó las elecciones por primera vez en esta tierra tras romper con Ciudadanos y, pese a ganar en votos, no consiguió su objetivo de gobernar en solitario.
Mañueco se vio obligado a pactar con Vox, un partido liderado entonces por el joven Juan García-Gallardo, que se convirtió en vicepresidente autonómico.
Duraron juntos algo más de dos años, hasta que en julio de 2024 Vox optó por romper el Gobierno de coalición y, justo en ese momento, García-Gallardo optó por abandonar su formación por discrepancias sobre lo que acababa de ocurrir, con las políticas de acogida de migrantes como argumento.
Por el camino, numerosos enfrentamientos, ‘incendios’ en el seno del Gobierno de coalición que fueron apagados a base de conversaciones entre Mañueco, Santiago Abascal y García-Gallardo.
Como el que se ‘prendió’ con las propuestas del protocolo antiaborto defendido por Vox, que sigue clavado como una espina en la relación de ambos partidos, y también con amplias broncas con los presupuestos como argumento.
Las Cortes de Castilla y León han asistido desde esa ruptura a decenas de enfrentamientos entre Mañueco y el nuevo portavoz de Vox, David Hierro, ayudado también desde el plano institucional por el presidente del Parlamento autonómico, Carlos Pollán (Vox), quien ha llegado a acusar a la Junta de estrangular económicamente el funcionamiento ordinario de la institución parlamentaria al no transferirles las cantidades previstas en este 2025.
Y llegaron los incendios
Cuando todo hacía indicar a finales de julio que los representantes políticos se iban de vacaciones para cargar pilas de cara a unos intensos meses de final de legislatura, cuando parecía que la principal batalla iba a venir por una nueva pugna por la ausencia de presupuestos autonómicos, con agosto llegaron unos graves incendios forestales que han teñido la Comunidad de negro y que amenazan con capitalizar y ‘prender’ el debate político en los próximos meses.
El viernes pasado, con la comparecencia monográfica de Mañueco para analizar la gestión de los incendios de las últimas semanas, el Parlamento estrenó un calendario que tiene nada menos que hasta ocho plenos previstos entre septiembre y diciembre, y de añadido una petición de comisión de investigación sobre los fuegos que ha formulado el Grupo UPL-Soria Ya, aunque todo el mundo duda si dará tiempo siquiera a que se constituya antes del fin de la legislatura.
Con la Junta entregada a la estrategia de la reconstrucción, con ayudas millonarias para tratar de recomponer los lugares más afectados por las llamas; la oposición ya adelanta que no van a ser sesiones parlamentarias fáciles para el Ejecutivo, con decenas de preguntas e iniciativas destinadas a cuestionar la gestión de los incendios y a plantear mejoras en la prevención y la extinción.
Y todo ello con un septiembre por delante que, avisan los técnicos, aún dejará sustos en forma de incendios forestales en el ya maltrecho medio natural de Castilla y León, con los integrantes del operativo de extinción exhaustos por las jornadas maratonianas de agosto, y con unos políticos que saben lo que se les viene encima.
No será una precampaña como las que solía vivir Castilla y León hasta antes de las elecciones de 2021, ya que esta Comunidad volverá a tener para sí toda la atención política y mediática del país al acudir en solitario y sin coincidencia con otros procesos autonómicos o locales.
Ya lo vivieron en los anteriores comicios y saben que Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Núñez Feijóo (PP) y Santiago Abascal (Vox), como dirigentes estatales de los partidos que tienen un mayor peso actualmente en la Comunidad, se volcarán en unas elecciones en las que, nuevamente, estará en juego algo más que el Gobierno de Castilla y León, porque se dirimirá también quién empieza con buen pie este nuevo ciclo electoral y quién lo hace ‘quemado’.