Hugo Barcia
Nueva Delhi, 16 may (EFE).- La crisis entre la India y Pakistán se extiende a todos los ámbitos, incluido el deporte. El último conflicto convirtió al críquet, entendido casi como una religión en ambos países, en un arma arrojadiza para debilitar al contrario. Sus derechos televisivos batieron récords. 5.600 millones de dólares la IPL india por los 26 de una creciente PSL pakistaní. La diplomacia del críquet, lo llaman.
La India y Pakistán, potencias nucleares, vivieron en las últimas semanas una grave escalada de tensión, que acabó desatando un conflicto armado en el que murieron más de un centenar de personas. Las peores jornadas se vivieron entre el 7 y el 10 de mayo, con ataques aéreos, drones y fuego de artillería que sembraron el temor a una guerra a gran escala.
El deporte no escapó a la crisis bilateral entre estos países históricamente enemistados, y apenas pasaron 48 horas desde su inicio -por un atentado en la Cachemira administrada por la India del que Nueva Delhi acusó a Pakistán-, hasta que comenzaran a tomarse las primeras medidas.
Apagón de las ligas nacionales
Fancode, la plataforma digital que emitía en la India la temporada de la Superliga de Críquet de Pakistán (PSL), suspendió por completo la emisión del torneo tras el atentado que se saldó con la muerte de 26 turistas -mayoritariamente indios- el 22 de abril.
Aunque no emitió ningún comunicado oficial al respecto, el escaso tiempo que transcurrió entre el día del ataque y la retirada de los partidos de la PSL de su parrilla dejaron pocas dudas.
Algo similar hizo Sony Sports Network, encargada de retransmitir por televisión el campeonato paquistaní en la India, según informaron medios indios.
Este boicot no fue necesario en Pakistán, donde antes del incidente ni siquiera se emitía la Premier League India (IPL) de críquet, considerada la competición de clubes más popular de este deporte en el mundo.
Un episodio similar había ocurrido en 2019, cuando tras otro atentado en la Cachemira india y un intercambio de bombardeos en la frontera en febrero, la India dejó de retransmitir la PSL, y el Gobierno paquistaní, del entonces primer ministro Imran Khan -un exjugador de críquet- decidió vetar la emisión de la IPL en su país.
Torneos suspendidos temporalmente
La rápida escalada, que no comenzó a decrecer hasta la firma de un alto el fuego el pasado sábado, también provocó grandes cambios en ambas competiciones domésticas, que estaban en pleno desarrollo cuando se intensificó el conflicto.
La Junta de Control del Críquet de la India (BCCI, en inglés) anunció el pasado 9 de mayo la suspensión inmediata y durante una semana de la IPL, mientras que la Junta de Críquet de Pakistán (PCB) anunció ese mismo día el traslado de la liga paquistaní a los Emiratos Árabes Unidos.
Los ataques entre ambos Ejércitos ya habían comenzado para entonces, y un partido de la IPL se había visto suspendido el 8 de mayo a mitad de encuentro, coincidiendo con una oleada de ataques con drones paquistaníes contra una localidad separada del estadio por apenas 150 kilómetros.
No obstante, el alto al fuego alcanzado el 10 de mayo, con la consecuente desescalada de las tensiones, propició que ambas ligas anunciasen su reanudación a partir del 17 de mayo, en las condiciones inicialmente previstas.
“Dado que la pausa de la IPL no supera los ocho o diez días, el impacto en la audiencia y la inversión publicitaria será mínimo o nulo. Si la IPL se hubiera escalonado y se hubiera trasladado a septiembre u octubre, el impacto habría sido mayor, ya que afecta el ritmo de los partidos y la audiencia”, dijo a EFE Karan Taurani, vicepresidente de la firma india de mercados de capital, Elara Capital.
La pausa temporal provocó que numerosos jugadores extranjeros abandonaran India y Pakistán ante la posibilidad de una escalada aún mayor.
“Todos los jugadores extranjeros habían abandonado Pakistán antes de que comenzara el conflicto entre Pakistán y la India y ahora regresarán cuando se reanude el PSL”, declaró a EFE el portavoz de la PCB, Nazir Ahmed.
Competiciones en auge
La última temporada de la IPL registró una audiencia total de más de mil millones de espectadores -546 millones a través de televisión y 620 millones por internet.
Sus derechos de retransmisión se habían vendido por más 5.600 millones de dólares en 2022 para las siguientes cinco temporadas, lo que convirtió a la IPL en una de las competiciones internacionales -de cualquier deporte- más valiosas en el mundo.
Por su parte, la liga paquistaní anunció el pasado abril que había superado los cien millones de espectadores digitales sumando los tres primeros encuentros de la temporada actual, un incremento superior al 800 % con respecto al año pasado, según la PCB.
Los derechos televisivos para retransmitir esta competición se vendieron por unos 26 millones de dólares, una cifra récord que demuestra el crecimiento también de la PSL.
No pisan suelo ajeno
Pero la rivalidad -geopolítica y deportiva- tiene décadas de antigüedad, remontándose a la independencia de ambos países del Imperio británico en 1947.
Uno de sus episodios más recientes se vivió el pasado diciembre, cuando la India y Pakistán acordaron no jugar en suelo del país vecino hasta 2028, incluyendo los torneos internacionales.
Esto significa que si la India o Pakistán acogen alguna competición internacional, el otro país disputará sus encuentros en sede neutral.
Así ocurrió el pasado febrero durante el Trofeo de Campeones, que iba a acoger íntegramente Pakistán y que acabó disputándose también en Emiratos Árabes Unidos, incluida la final, que alcanzó la India.
Pakistán viajó por última vez a la India para participar en la Copa Mundial de 2023. Por su parte, la India no viaja a Pakistán desde febrero de 2008, aludiendo principalmente razones de seguridad.
Esta decisión será principalmente perjudicial para el país vecino, sostiene Pakistán, puesto que la India tiene previsto acoger varios torneos internacionales hasta 2028. EFE
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