Yakarta, 11 sep (EFE).- El nuevo ministro de Finanzas de Indonesia, Purbaya Yudhi, ha anunciado un plan para inyectar alrededor de 13.000 millones de dólares la economía indonesia, mientras el país atraviesa una oleada de protestas ciudadanas.
«Tenemos 425 billones de rupias (27.400 millones de dólares estadounidenses) en efectivo en el Banco de Indonesia e inyectaremos 200 (12.900 millones de dólares)», dijo la víspera en el Parlamento Sadewa, que el lunes reemplazó en el cargo a la veterana política Sri Mulyani, tras una reestructuración gubernamental.
El ministro, que toma el relevo de quien fue considerada garante de la estabilidad económica de Indonesia durante años, señaló además que el Gobierno debe «acelerar el gasto presupuestario» para conseguir que la economía del país crezca a un ritmo del 8 %, como se ha propuesto el Ejecutivo, frente al 5 % actual.
Sadewa ve posible alcanzar la meta de crecimiento marcada por el presidente indonesio, Prabowo Subianto, en un plazo de «dos o tres años», según declaró después de ser investido.
La Bolsa de Yakarta reaccionó en negativo a la destitución de Sri Mulyani a comienzos de semana, si bien el miércoles cerró en positivo y este jueves repuntaba en torno al 0,86 % a media jornada.
Yakarta busca erigirse como la cuarta economía del mundo (puesto del que Alemania desbancó a Japón el año pasado) para 2050, si bien su curva de crecimiento se ha aplanado desde 2022, de acuerdo con estadísticas del Banco Mundial (BM).
Indonesia es la principal economía del Sudeste Asiático y ocupa el puesto número 16 (dos posiciones por debajo de España) en la lista de economías del mundo que el BM elabora en función del producto interior bruto (PIB).
El anuncio de medidas para reactivar la economía indonesia se produce mientras el país asiático vive una oleada de protestas antigubernamentales que la anterior semana derivaron en disturbios con al menos 10 muertos.
Las manifestaciones empezaron al conocerse que un aumento presupuestario podría elevar el salario de los diputados hasta los 12.000 dólares o 14.000 euros, en un país en el que la mayoría de trabajadores perciben el 3 % de ese monto.
El miércoles, Sadewa atribuyó las protestas a «la continua presión sobre la economía» y a «políticas fiscales y monetarias erróneas». EFE
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