Manuel Sánchez Gómez
Londres, 7 mar (EFE).- Cuando el grupo INEOS, los encargados de crear una dinastía en el ciclismo, decidió comprar el 27,7 % del Manchester United, los aficionados lo celebraron. Veían la luz al final del túnel que ha supuesto durante dos décadas la propiedad de los Glazer, más interesados en el éxito económico que en el deportivo.
Pero tras un año de INEOS y Jim Ratcliffe en el poder, los cimientos de unos de los clubes más históricos y legendarios del mundo del fútbol están temblando. Cientos de despidos, cierre del grifo a leyendas como Alex Ferguson, finiquitos millonarios y faltas de respeto a los trabajadores como retirarles las comidas gratis en el restaurante de la ciudad deportiva. Estas son algunas de las medidas tomadas en los últimos meses en el United que transforman una institución ejemplar en otra empresa más interesada solo en los números.
El United siempre ha estado entre los clubes más valiosos del mundo y, pese a su recesión deportiva de la última década, aún lo está. Según el último informe de Deloitte, los ‘Red Devils’ son el cuarto club con más ingresos del mundo, solo por detrás del Real Madrid, el Manchester City y el Paris Saint Germain. Sin embargo, la directiva se escuda en que en los últimos cinco años, las cuentas del club han arrojado pérdidas y en que una transformación económica es necesaria. ¿Los perjudicados? Los empleados.
“El plan tiene como objetivo que el club vuelva a ser rentable. Esto creará una plataforma financiera más sólida para que podamos invertir en los equipos masculinos y femeninos”, dijo el club en un comunicado.
Como parte de este plan, el club despedirá a 150-200 personas, las que se unen a los 250 trabajadores que ya perdieron su empleo en 2024.
Finiquitos millonarios
Mientras estas personas se quedan sin trabajo, el United pagó un finiquito de 10 millones a Erik Ten Hag, despedido el año pasado, y 4 millones a Dan Ashworth, que estuvo apenas seis meses en su cargo de director deportivo.
El caso de Ten Hag es el más llamativo y sangrante para aquellos que hayan recibido la notificación de que ya no trabajan en el United, porque el neerlandés fue renovado en junio hasta 2026, antes de que el propio Ashworth pudiera empezar a trabajar y a planificar el futuro. “La decisión se tomó antes de nuestra llegada”, explicó Omar Berrada, quien trabajó con anterioridad en el City y fue uno de los hombres que INEOS puso en un puesto de autoridad para manejar el club.
Berrada dejó caer que no se les había consultado a la hora de ofrecer un año extra a Ten Hag y a nadie le pilló por sorpresa que el exentrenador del Ajax, salvado a última hora del despido por una inesperada victoria en la FA Cup, apenas aguantara unos meses en la nueva temporada. Eso sí, se fue con un finiquito de dos cifras, lejos aun así de los 20 millones de libras que percibió José Mourinho, en 2019 cuando le echaron.
A estas malas decisiones en los despachos y en los banquillos se unen las operaciones sobre el campo, con Casemiro y Marcus Rashford cobrando más de 300.000 libras semanales, pese a ser suplentes o no contar; Luke Shaw, que no ha sido titular desde hace más de un año por sus problemas físicos; el fichaje de Mason Mount por 60 millones, pese a que solo ha podido jugar 33 partidos en dos temporadas por las lesiones; o las incorporaciones de jugadores que no están dando la talla como Rasmus Hojlund, Antony y Joshua Zirkzee.
Muchas de estas operaciones no llevan el sello de INEOS, pero por volumen de dinero parecen más importantes a la hora de descargar presión sobre las cuentas que despedir a trabajadores de Carrington, la ciudad deportiva del United, donde desde hace semanas solos los jugadores del primer equipo tienen acceso a comidas gratis.
Domingo negro en Mánchester
Este domingo, la afición del United ha organizado una marcha como protesta por la situación del club. Comenzarán en un pub del centro de Mánchester y se desplazarán hasta Old Trafford, donde el United jugará contra el Arsenal, con 21 puntos de distancia en la tabla entre uno y otro. Se ha pedido a los asistentes al encuentro que vistan de negro, para protestar por el estado actual del club y como recuerdo de lo ocurrido en la final de la FA Cup en 2005, cuando se protestó por la compra de los Glazer del club, que trasladaron 600 millones de su deuda a las cuentas de un club que hasta ese momento estaba libre de ella.
Por eso, cuando INEOS anunció la compra el 24 de diciembre de 2023, muchos aficionados pensaron que era un regalo de Navidad y que por fin se acababa la etapa de los Glazer, a los que les cuadraban más los números que los títulos.
Un año después, el United ha dejado de ser un modelo a seguir y cada semana se multiplican las noticias negativas sobre su estructura. Una de las historias más tristes ocurrió hace unas semanas, cuando falleció Kath Phipps, recepcionista durante 50 años en el United, y el club llamó a su familia dos días después de su muerte para reclamar los abonos que le correspondían. El club aseguró que fue un error.
Eliminados de la Copa de la Liga y de la FA Cup, sin fútbol de Liga de Campeones en el horizonte y con una triste decimocuarta plaza en la Premier League, el futuro del United no es halagüeño y la nueva propiedad parece empeñada en empañar también lo que siempre ha sido un club ejemplar, dentro o fuera del campo.