Quito, 25 may (EFE).- El inexistente apretón de manos entre los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; y de Perú, Dina Boluarte, se ha vuelto uno de los detalles más comentados de la ceremonia de la investidura presidencial en Ecuador de Daniel Noboa, que inauguró su nuevo mandato para el que fue reelegido hasta 2029.

Petro y Boluarte, gobernantes de los dos países con los que Ecuador comparte frontera terrestre, eran los dos únicos jefes de Estado que habían confirmado su asistencia al acto y, por protocolo, debían sentarse juntos en la sección de la Asamblea Nacional (Parlamento) reservada para las autoridades de mayor rango.
La presidenta de Perú fue la primera en llegar y, minutos más tarde lo hizo el izquierdista Petro, que debía pasar por delante de su homóloga para ocupar el asiento que le correspondía.
Al acercarse Petro a ella, Boluarte mantuvo sus manos entrelazadas mientras se aproximaba su homólogo colombiano, quien, una vez que estuvo delante ella, le dio un leve toque en el brazo con la mano derecha, con la que se acercaba levemente levantada.
Después de ello, el mandatario colombiano saludó a la vicepresidenta de República Dominicana, Raquel Peña, y en un gesto confuso no alcanzó a darle la mano tampoco al vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, con la dominicana en mitad de ambos. Seguidamente se acerca para saludar a Petro el presidente del Senado de Chile, Manuel Ossadón.
Una vez ubicado en su sitio, Petro departió con Peña pero ya no buscó una interacción con Boluarte, y ella tampoco trató de dirigirse a él.
Todo sucedió bajo la mirada desde la fila posterior del secretario de Salud de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr.
En marzo de este año los gobiernos de Petro y Boluarte acordaron normalizar las relaciones diplomáticas después de una crisis de dos años que se dio desde inicios de 2023, cuando el presidente colombiano protestó contra Boluarte y la encarcelación en régimen preventivo del expresidente izquierdista Pedro Castillo por el fallido intento de autogolpe de Estado del 7 de diciembre de 2022.
En marzo de este año los gobiernos de Petro y Boluarte acordaron normalizar las relaciones diplomáticas después de dos años rotas, cuando a inicios de 2023 el presidente colombiano protestó contra Boluarte y la encarcelación en régimen preventivo del expresidente izquierdista Pedro Castillo por el fallido intento de autogolpe de Estado del 7 de diciembre de 2022.
Antes de ese episodio que cambió el signo del Gobierno de Perú al recibir el apoyo Boluarte de un conjunto de fuerzas conservadoras que dominan el Congreso peruano, la ahora presidenta había coincidido con Petro cuando, como vicepresidenta de Castillo, fue la representante de Perú en la investidura presidencial de colombiano, celebrada en agosto de 2022.
Petro, que ha llegado a poner en duda el triunfo electoral de Noboa en Ecuador y se ha sumado a los reclamos del correísmo que denuncia sin pruebas consistentes un supuesto “fraude”, señaló que había acudido a la investidura del mandatario ecuatoriano para solicitarle la liberación de “presos políticos”.
En concreto mencionó el nombre del exvicepresidente correísta Jorge Glas, quien fue detenido en 2024 dentro de la Embajada de México en Quito una vez que había recibido asilo diplomático del Gobierno mexicano al considerarlo un “perseguido político” frente a las condenas y procesos por corrupción que acumula en la Justicia ecuatoriana desde 2017.
De acuerdo a la Cancillería ecuatoriana, estaba previsto que Noboa tuviera el sábado reuniones bilaterales con Petro y Boluarte, pero hasta el momento la Presidencia de Ecuador sólo ha difundido imágenes de un encuentro con la presidenta peruana.
El presidente colombiano se marchó del Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia ecuatoriana tras la recepción oficial que organizó Noboa, mientras que la reunión con Boluarte tuvo lugar más tarde en el mismo palacio, donde se firmó una hoja de ruta binacional para la recuperación de ambientes degradados, protección y conservación de la cuenca transfronteriza Puyango-Tumbes.