Juan González
Gijón (Asturias), 19 jun (EFE).- La inteligencia artificial se convertirá en las próximas décadas en una herramienta eficaz para la gestión de bosques que puede contribuir a paliar los efectos de los incendios forestales, ha asegurado este jueves el director de digitalización de la Fundación Cesefor y secretario técnico del 9º Congreso Forestal Español que se celebra estos días en Gijón, Rodrigo Gómez Conejo.
El uso de la inteligencia artificial en el cultivo de especies arbóreas destinadas a la industria maderera está «en un momento incipiente» pero puede desempeñar un papel destacado junto a otras tecnologías digitales para optimizar la gestión de los recursos naturales y el desarrollo de un sector caracterizado por la baja producción y el minifundio.
Esta herramienta tecnológica ya se está aplicando como ayuda a la elaboración de planes de reforestación para determinar el tipo de especies que mejor se adaptan a un terreno específico encontrando “puntos de éxito” que optimizan las plantaciones, ha apuntado este experto a EFE.
Combinada con otras tecnologías digitales y con la robótica, el desarrollo de la inteligencia artificial en las próximas décadas dará un impulso creciente al aprovechamiento de las masas forestales para la industria y también al mercado de la captación de emisiones de carbono.
Con 5 millones de hectáreas de masa forestal, España es el tercer país de Europa con mayor superficie de monte, después de Suecia y Finlandia, aunque la producción está muy por debajo de su capacidad debido al sistema de minifundio y al carácter tradicionalista de un sector reacio a introducir cambios, ha explicado.
En el marco de este congreso, en el que participan más de un millar de especialistas, Gómez Conejo ha explicado que la informática será “fundamental” en el futuro.
Los países nórdicos y Canadá, que se caracterizan por tener grandes extensiones de bosques y esforzarse por su mantenimiento y conservación, comenzaron a aplicar nuevas tecnologías hace dos décadas, pero en España el sistema es reciente y el primer organismo que lo empleó fue la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en los pronósticos del tiempo.
El secretario técnico del Congreso ha explicado que la digitalización ya se está empleando en la planificación de las talas, en la medición y valoración de los árboles y en la elaboración de mapas de las superficies plantadas con datos cruzados sobre niveles de producción, entre otros aspectos de la gestión.
Uso creciente de drones

Además, está entrando con fuerza la robótica, especialmente la utilización de drones equipados con cámaras de vídeo cuyas imágenes se superponen con mapas GPS y permiten definir con precisión la dimensión de la superficie arbolada.
Dotados con cámaras infrarrojas y sensores térmicos, los drones aportan información valiosa sobre el estado de salud de la foresta, al valorar los tonos de verde como indicadores de hidratación que se tienen en cuenta para prever crisis hídricas o sequías.
Su uso se está extendiendo en las labores de extinción de incendios, ya que sus cámaras y sensores detectan puntos calientes, para que los servicios de extinción puedan anticiparse y enviar a esos sitios medios para sofocarlos.
Gómez Conejo ha pronosticado que en el futuro, cuando los drones puedan transportar cargas pesadas y se aplique una normativa que lo permita, serán de una gran ayuda porque podrán desplazar brigadas enteras de bomberos y equipos de gran tamaño.