Pontevedra, 20 may (EFE).- A treinta metros de profundidad, en aguas de la ría de Arousa, investigadoras del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han descubierto un nuevo género de gusano cinta o nemertino que han bautizado como gusano acordeón.
‘Pararosa vigarae’ es el nombre científico que ha recibido esta nueva especie, que pertenece a la familia Lineidae, la misma familia del ‘Lineus longissimus’, el gusano más largo del mundo.
El gusano acordeón, según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tiene la capacidad de contraerse hasta una quinta parte de su longitud formando anillos similares a los de las sanguijuelas, por eso lo han apodado nemertino acordeón.
Para describir esta nueva especie, el equipo liderado por la investigadora Aida Verdes secuenció el ADN del gusano y realizó análisis filogenéticos que les permitieron confirmar que se trata de un nuevo género del que no había registros previos.
“Es una especie poco común”, explican las responsables de este hallazgo, ya que a pesar de su tamaño sólo se ha encontrado en dos ocasiones en la ría de Arousa y se caracteriza por su capacidad para contraerse como si fuera un acordeón.
Verdes ha afirmado que haber descubierto este nuevo gusano en una zona tan accesible y estudiada como el litoral gallego indica que “hoy por hoy solo conocemos una parte muy pequeña de este grupo de animales”.
Aunque son un grupo muy importante en los ecosistemas marinos y tienen un gran potencial para el desarrollo de aplicaciones biotecnológicas, “se tiene muy poca información sobre los nemertinos”, asegura la investigadora del MNCN-CSIC.
Los nemertinos son un grupo de gusanos con cuerpos generalmente aplanados que, en su gran mayoría, viven en medios marinos, aunque también existen especies de agua dulce, e incluso algunas terrestres.
En el caso de las especies marinas, suelen habitar la zona intermareal y se alimentan de pequeños crustáceos o de anélidos.
Una de las características principales de este grupo, del que se conocen alrededor de 1.300 especies, es que tienen un apéndice alargado y tubular que pueden proyectar rápidamente y que utilizan para inyectar un veneno con el que paralizan a sus presas.
Algunas de las toxinas que componen los venenos que producen los gusanos cinta están siendo estudiadas para el desarrollo de diferentes fármacos y pesticidas ecológicos. EFE
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