Teherán, 1 jun (EFE).– Irán advirtió al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, contra la “politización” de la agencia de la ONU tras su reciente informe contra Teherán y antes de la reunión de su Junta de Gobernadores, el 9 de junio.
El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, mantuvo el sábado por la noche una conversación telefónica con Grossi y alertó contra “el uso indebido del organismo de control nuclear de la ONU con fines políticos”, según informó el Ministerio de Exteriores de Irán.
El jefe de la diplomacia iraní advirtió sobre las consecuencias de posibles “medidas hostiles” contra Teherán en la Junta de Gobernadores del OIEA y exigió al organismo que “refleje la realidad de manera que se evite que ciertas partes la exploten para promover sus agendas políticas”.
Araqchí pidió, además, al jefe nuclear de la ONU que destaque la plena cooperación de Irán durante la próxima reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA, subrayando la importancia de preservar la “imparcialidad técnica” del organismo.
Esta conversación entre Araqchí y Grossi tuvo lugar después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica emitiera ayer un nuevo informe en el que denunció que Irán sigue adelante con los aspectos más controvertidos de su programa nuclear, aumentando en casi un 50 % entre febrero y mayo la producción de uranio altamente enriquecido, cercano al 90 % necesario para uso militar.
Reportó, además, que Teherán dispone de 408,6 kilos de uranio enriquecido al 60 %, un 48,7 % más que en febrero pasado.
“El aumento significativo de la producción y acumulación de uranio altamente enriquecido por parte de Irán, el único Estado no poseedor de armas nucleares que produce dicho material, es motivo de grave preocupación”, alertó el OIEA.
El Ministerio de Exteriores y la Organización de Energía Atómica iraníes rechazaron este informe en un comunicado conjunto y lo calificaron como “desequilibrado, impreciso y motivado políticamente”.
Irán acusó al organismo atómico internacional de haber emitido este informe bajo “presiones indebidas” de EE. UU., Reino Unido, Francia y Alemania, y de basarse en documentos “falsificados” proporcionados por Israel.
Además, reiteró que, según una fatua del líder supremo de Irán, Alí Jameneí, la República Islámica no busca desarrollar armas nucleares y que su programa atómico se limita a “fines pacíficos, como establece el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), y está bajo plena supervisión del OIEA”.
Todo esto sucede en medio de las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, que insiste en el desmantelamiento del programa atómico iraní y en el “cero enriquecimiento”, una retórica que podría tomar más fuerza con la publicación del informe del OIEA.
La República Islámica ha dejado claro que no renunciará a su derecho de enriquecer uranio con fines pacíficos y afirma que, en las conversaciones, solo aceptaría una limitación de su programa nuclear a cambio del levantamiento total de las sanciones.