Irán advierte de un plan enemigo para imponer un estado de “ni guerra ni paz” en el país

Fotografía de Archivo facilitada por la web del líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei.
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Teherán, 8 sep (EFE).- El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, advirtió contra un plan “enemigo” para imponer al país un “dañino” estado de “ni guerra ni paz”, más de dos meses después del conflicto de 12 días con Israel y de los bombardeos estadounidenses contra tres instalaciones nucleares iraníes.

“Uno de los daños y peligros que enfrenta el país es precisamente este estado de ni guerra ni paz, que no es bueno. No es un buen ambiente”, afirmó Jameneí anoche en una reunión con el presidente iraní, Masud Pezeshkian, y su gabinete en Teherán.

Jameneí denunció que el enemigo —en alusión a Estados Unidos e Israel— busca imponer esa situación de “ni guerra ni paz” en Irán y abogó por contrarrestarla con el “espíritu de trabajo y esfuerzo”.

La política exterior iraní estuvo definida durante años por la estrategia del líder supremo de “ni guerra ni negociaciones”.

Sin embargo, este año Irán entabló cinco rondas de conversaciones con Estados Unidos sobre su programa nuclear antes de la guerra de 12 días con Israel en junio, que estalló con bombardeos israelíes contra objetivos militares, nucleares y civiles en Irán. Los ataques causaron la muerte de más de un millar de personas, incluidos altos mandos militares y científicos atómicos.

EE.UU. también se involucró en la contienda con ataques, el 22 de junio, contra tres instalaciones nucleares iraníes, dos días antes de la entrada en vigor del alto el fuego.

Teherán respondió con el lanzamiento diario de misiles y drones contra territorio israelí, que causaron 31 muertos, y con el disparo de varios misiles contra una base aérea estadounidense en Catar.

Tras la escalada militar, Irán ha afirmado que sigue dispuesto a negociar, pero bajo nuevas condiciones y sobre la base de “intereses comunes y respeto mutuo”.

“Las negociaciones no pueden tener la misma forma que antes de la guerra”, aseveró el sábado el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, al recalcar que “el respeto a nuestra soberanía y el levantamiento de las sanciones son elementos imprescindibles” para Teherán.

Araqchí explicó que su país intercambia mensajes con Washington a través de intermediarios, pero aseguró que la República Islámica “no cederá a presiones ni chantajes”, en aparente referencia a la exigencia estadounidense de poner fin al enriquecimiento de uranio en Irán, algo que Teherán considera inaceptable.

Estas declaraciones se produjeron en un contexto de creciente tensión entre Irán y Occidente, especialmente después de que el 28 de agosto Reino Unido, Francia y Alemania activaran el mecanismo de restauración automática de sanciones de la ONU contra Teherán por su programa nuclear.

Los tres países europeos, conocidos como E3, han instado a Irán a volver a la mesa de negociación con Estados Unidos, reanudar la cooperación con la agencia nuclear de la ONU y ofrecer información sobre el paradero de 400 kilos de uranio enriquecido al 60 % para evitar la reactivación de las sanciones internacionales.