Irán despierta con llamadas a dejar el TNP tras el revés en la ONU que golpea su economía

El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian. EFE/Jaime León

Teherán, 20 sep (EFE).- A un paso del restablecimiento de sanciones internacionales, Irán enfrenta una crisis de alto voltaje: el ala dura de la política iraní clama salirse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), mientras la economía se resiente con desplomes bursátiles y la caída de la moneda.

Voces influyentes dentro del Parlamento iraní y de la prensa conservadora pidieron la salida definitiva del país del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), una medida con la que el ala dura de la política iraní había amenazado en diversas ocasiones a Occidente en momentos de máxima presión contra la República Islámica.

“El momento ha llegado para un retiro permanente del TNP y una revisión de nuestras estrategias”, escribió en X el portavoz de la Comisión de Seguridad Nacional y de Política Exterior del Parlamento iraní, Ebrahim Rezaei.

En la misma línea, el presidente de esa comisión, Ebrahim Azizi, advirtió que los tres países europeos (Francia, Alemania y Reino Unido) que activaron el 28 de agosto el mecanismo de restauración automática de las sanciones de la ONU contra Irán por su programa nuclear “esta vez se arrepentirán pagando un alto coste”.

Azizi acusó a las potencias occidentales de “cerrar la puerta al diálogo” y de elegir “el camino erróneo de la presión y la confrontación”.

El malestar político en Irán es el resultado de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU del viernes, donde el proyecto para mantener de forma permanente el levantamiento de las sanciones internacionales a Teherán no alcanzó los votos necesarios.

Salvo un acuerdo diplomático en los próximos días, las sanciones suspendidas desde el pacto nuclear de 2015 se reactivarán automáticamente dentro de una semana, debido a que, según los países europeos, Irán ha incumplido de forma “clara y deliberada” el pacto nuclear, que limitaba su programa atómico a cambio del levantamiento de medidas punitivas.

Ante este escenario, el diario ultraconservador Kayhan, dirigido por Hossein Shariatmadari, representante del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, cuestionó la continuidad de la membresía del país en el TNP.

“¿Acaso un ataque militar contra las instalaciones nucleares de la República Islámica de Irán no constituye una violación flagrante de nuestra soberanía nacional? ¡Si lo es, que lo es!, ¿por qué seguimos entonces en el TNP?”, fustigó Kayhan en una columna incendiaria, que apuntó a endurecer la retórica contra Occidente.

El Ministerio de Exteriores de Irán ya advirtió anoche e que el país se reserva el derecho a “responder proporcionalmente” al inminente restablecimiento de las medidas punitivas.

La economía reacciona a la política

El revés político ha tenido un impacto inmediato en la economía iraní, ya golpeada por la inflación galopante (40 %), la depreciación de la moneda y los obstáculos en el comercio exterior debido a las sanciones de Estados Unidos.

La bolsa de Teherán despertó hoy con un 95 % de las acciones en rojo y su índice general cayó 50.000 unidades.

Al mismo tiempo, la cotización del dólar se disparó de 990.000 a 1.030.000 riales, reflejando el temor a una nueva fase de aislamiento financiero y restricciones comerciales.

Analistas locales advirtieron que la volatilidad podría aumentar en los próximos días si no hay señales claras de avances diplomáticos.

En medio de esta tormenta, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, se prepara para viajar la próxima semana a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU y tratar de convencer a los europeos y a otros miembros del Consejo de Seguridad de frenar la restauración de las sanciones o, al menos, ganar tiempo.

“Un acuerdo temporal en Nueva York podría obrar un milagro y aplazar seis meses la aplicación de las sanciones”, opinó el experto en política exterior Morteza Maki, citado por la agencia ILNA.

Pero la misión parece cuesta arriba, con apenas ocho días de plazo, la falta de señales de flexibilización por parte de las potencias occidentales y la presión de los sectores más duros dentro de Irán.

Francia, Alemania y Reino Unido habían ofrecido a Irán frenar la restauración de las sanciones si reanudaba la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)- suspendida tras la guerra de 12 días con Israel en junio- informaba sobre el paradero de 400 kilos de uranio enriquecido al 60 % y volvía a la mesa de negociación con Estados Unidos.

Irán llegó la semana pasada a un acuerdo con la agencia nuclear de la ONU para reiniciar su cooperación, pero ese pacto no ha satisfecho a las capitales europeas, ya que no incluía la inspección directa de las plantas nucleares del país persa.

Aydin Shayegan