Isaac Rosa: «El insomnio es un problema social, los remedios no pueden ser individuales»

Parece una historia de amor, pero es otra cosa, dice Isaac Rosa sobre su nueva novela, 'Las buenas noches' (Seix Barral), la historia de dos desconocidos unidos por el insomnio, un problema que sufren de manera crónica 4 millones de españoles y que el autor invita a mirar como un problema colectivo. EFE/ Iván Giménez / Seix Barral / SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Magdalena Tsanis

Madrid, 3 sep (EFE).- Parece una historia de amor, pero es otra cosa, dice Isaac Rosa sobre su nueva novela, ‘Las buenas noches’ (Seix Barral), la historia de dos desconocidos unidos por el insomnio, un problema que sufren de manera crónica 4 millones de españoles y que el autor invita a mirar como un problema colectivo.

«Tenemos un problema como sociedad, los remedios no pueden ser individuales y temporales», ha dicho en un encuentro reducido con periodistas con motivo de su publicación este miércoles.

El autor de novelas como ‘El vano ayer’ (2004), Premio Rómulo Gallegos, o ‘Lugar seguro’ (2022), Premio Biblioteca Breve, partió de sus propios problemas con el insomnio para empezar a reflexionar sobre ello y se dio cuenta de que afectaba a muchas más personas de lo que pensaba.

«No podemos idealizar el pasado, pero es verdad que hay un tipo de insomnio que es muy de nuestro tiempo y que está teniendo una gran incidencia», ha señalado el autor, que cree que tiene que ver con el tipo de vida que llevamos, «vidas aceleradas, ansiosas, estresadas».

Según la Real Academia de Medicina, alrededor del 10% de la población, 4 millones de personas, tienen insomnio crónico y la Sociedad Española de Neurología estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño.

Uno de los datos que a Rosa le impactó más conocer en su investigación fue que España lideraba en 2023 el consumo mundial de benzodiacepinas lo que, a su juicio, «dice mucho de las carencias de nuestro sistema sanitario, de la falta de tiempo de los médicos y de la falta de recursos alternativos».

Pelear por la reducción de la jornada laboral o la vivienda para dormir mejor

El viaje de lo íntimo a lo colectivo es un elemento en común en muchas de las obras de Rosa, algunas de las cuales han sido llevadas al cine, como ‘Feliz final’ (2018) o ‘La mano invisible’ (2011), y en las que pone sobre la mesa temas como la precariedad laboral y vital, la complejidad de las relaciones afectivas y la desigualdad social.

En esta ocasión se trata de la historia de dos desconocidos que se encuentran en el bar de un hotel y descubren que el único remedio para su insomnio persistente es dormir juntos, por lo que entablan una relación clandestina a espaldas de sus respectivas parejas, solo para dormir.

«Son todos los elementos de una pasión amorosa, pero no hay sexo, no hay deseo más allá del deseo de dormir, se sitúan en un terreno atípico, que no sabemos cómo nombrar», afirma, «pero están haciendo algo que puede ser incluso más íntimo que el sexo».

A partir de esa historia, el narrador abre su mirada a todo tipo de recetas, remedios y reflexiones relacionados con el sueño, una mirada que deja en evidencia esa tendencia contemporánea de hacer listas de todo y buscar soluciones rápidas.

Rosa insiste en que es una novela, no un ensayo sobre el insomnio, pero para escribirla ha hablado con mucha gente que duerme mal y el motivo más repetido era el trabajo y la vivienda, en general el tema económico y las condiciones de vida.

Por eso, está convencido de que «más que la pastillita» o «que la meditación te funcione», lo que hay que hacer para dormir mejor es «pelear por la reducción de la jornada laboral o por bajar los precios de la vivienda».

«Hay mucha gente que no está durmiendo porque no encuentra un piso», afirma. Y no solo los jóvenes. «Lo veo en mi entorno de gente de cuarenta y tantos, cincuenta años que, como le pasa al protagonista, a lo mejor tienen una separación y no son capaces de pagar una vivienda con un solo sueldo».

«Reduce la jornada laboral, implanta una renta mínima universal, resuelve el problema de la vivienda; seguramente haría mucho por la higiene del sueño», ha recalcado.