Madrid, 9 jun (EFE).- Con la desobediencia como acicate y una mirada atenta a lo aparentemente banal, también característica de su cine, Isabel Coixet expondrá desde este martes, 10 de junio, al 14 de septiembre una colección de 50 de sus ‘collages’ en el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid.

«Siento que soy una absoluta impostora, pero me siento cómoda siéndolo», ha dicho este lunes en rueda de prensa la directora de películas como ‘Mi vida sin mi’ (2003), ‘La vida secreta de las palabras’ (2005) o ‘La librería’ (2017).
Ganadora de ocho premios Goya y Premio Nacional de Cinematografía 2020, Coixet lleva unos 15 años trabajando en ‘collages’ de papeles y fotos, con variedad de soportes y técnicas, desde lo digital al lienzo, pasando por el cartón pluma, el papel y el táblex, aunque la mayoría de los que se exponen datan entre 2021 y 2024.
Hace algo más de un año esta faceta de la directora catalana llegó a oídos de Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, que la invitó a presentarle sus trabajos y los compartió con Estrella de Diego, la comisaria de la exposición.
«A veces los mejores hallazgos surgen de lo inesperado, la vida son coincidencias», ha señalado Solana. Mientras, Coixet confesaba que cuando llegó por primera vez con su carpeta al museo, su «gran aspiración era que hicieran postales con ellas».
«Estoy aquí porque me gustan las piscinas vacías», ha afirmado la cineasta catalana, arropada en la rueda de prensa por personalidades como el juez Baltasar Garzón, a quien dedicó un documental en 2011, y escritores como Sara Mesa, Jacobo Bergareche, Virginia Feito o Laura Ferrero.
Coixet ha dicho sentirse identificada con el título elegido por la comisaria, ‘Aprendizaje de la desobediencia’ porque cree que ese ha sido «el eje» de su vida.
Y ha citado como una de sus mayores referencias al estadounidense Robert Motherwell, cuya obra le causó un gran impacto cuando la vio en el Museo Guggenheim de Nueva York en 2012, durante una visita buscando localizaciones para una película que nunca se hizo.
Aunque ha evitado hacer comparaciones con su cine, De Diego sí ha insistido en que sus ‘collages’ tienen mucho que ver con sus películas, «porque toma cosas cotidianas y las desplaza de su lugar» y ha puesto el acento en algo común que tienen ambas disciplinas como es el montaje de imágenes.
La cineasta ha comentado algunos en concreto, como un autorretrato titulado ‘You were an accident» que ha calificado como «el antiselfie», un ‘collage’ digital a partir de una foto accidental que se hizo con el móvil. «Todos somos accidentes, esto me define», ha asegurado, «y también la cara de estupor».
La «sobredosis de fotos que nos va a ahogar» en la era del móvil y las redes sociales ha hecho que ella prácticamente haya dejado de hacerlas y quizá ese haya sido uno de los factores que le han llevado al territorio del ‘collage’, según ha explicado.
Una de sus obras se titula precisamente ‘Finally, everyone had taken a picture of everything’ (Por fin todo el mundo ha tomado una fotografía de todo). «Cuando veo un tema para una foto pienso en cien personas haciendo una foto de un atardecer y aplaudiendo en Ibiza», ha bromeado.
La ironía y el contraste entre imagen y texto está presentes en varias de sus obras, como ‘I dont wan’t what I thought I wanted’ (No quiero lo que creía querer), donde aparece una familia presuntamente ideal con sus cabezas cubiertas por tulipas de lámparas rosas.
A la hora de elegir una frase que define su intención artística ha citado una canción de los años 20 de The Ink Spots: «No quiero incendiar el mundo pero me gustaría encender una llama en tu corazón».