Kananaskis (Canadá), 17 jun (EFE).- El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, dijo este martes que las empresas de su país ya han empezado a notar el impacto de la subida de aranceles de Estados Unidos, pero que no se apresurará a la hora de adoptar un acuerdo comercial con Washington que socave sus intereses nacionales.
La política arancelaria «ya está golpeando seriamente a las ganancias de muchas empresas japonesas, entre ellas las del sector del motor, y podría afectar gravemente a la economía tanto de Japón como del propio EE.UU. y el mundo entero de forma directa o indirecta», declaró Ishiba en una rueda de prensa desde Canadá al cierre de su participación en la cumbre del G7 en Kananaskis.
Japón es uno de los países a los que EE.UU. ha dado trato preferente en las conversaciones comerciales, que siguen sin dar fruto tras seis rondas de encuentros ministeriales y la cumbre celebrada en la víspera por el propio Ishiba y el presidente estadounidense, Donald Trump, precisamente en los márgenes del G7.
El jefe del Ejecutivo nipón reiteró hoy que, pese a que Tokio y Washington vienen negociando «con honestidad» hasta el último momento en busca de un pacto, los desacuerdos persistentes en cuanto a sus términos están dificultando las conversaciones.
«Como he dicho en repetidas ocasiones, considero que es importante moverse sin pausa pero sin prisa. No debemos perder jamás de vista los intereses nacionales de nuestro país en detrimento de la adopción de un acuerdo con prontitud», dijo Ishiba.
El primer ministro aseguró que Tokio «priorizará» la llegada a un acuerdo, pero que es mejor que las negociaciones a nivel ministerial continúen hasta llegar a un consenso satisfactorio para ambas partes.
Tokio viene pidiendo a Washington que lo exima de todas las subidas arancelarias acometidas por la Administración Trump y especialmente de la subida del 25 % de los gravámenes a las importaciones estadounidenses de vehículos, que sitúan la tasa a la que están sujetos los vehículos japoneses en un 27,5 %.
Las exportaciones de automóviles son centrales para la economía japonesa y de gran peso en el comercio nipón con el país norteamericano, ya que suponen cerca del 30 % del total, e Ishiba ha dejado claro que este punto es clave para llegar a un acuerdo.
La parte estadounidense viene negándose a revisar este arancel y el propio Trump ha amenazado con elevarlo más.
En una muestra del impacto de la política arancelaria de EE.UU. en la economía japonesa, los datos de la balanza comercial nipona de mayo, publicados hoy -miércoles en horario japonés-, constatan un déficit para el país asiático, entre otros factores, por la erosión de su comercio con Washington.
El superávit comercial de Japón con EE.UU., su segundo socio comercial, en el quinto mes de este año se redujo un 4,7 % interanual, hasta 451.701 millones de yenes (2.705 millones de euros), con una caída del 24,7 % de las ventas de automóviles con destino en EE.UU., de acuerdo al Ministerio de Finanzas japonés.