

Catorce años después aún hay 27.615 personas que continúan viviendo como refugiados, según cifras de la Agencia de Reconstrucción, la mayoría antiguos residentes de la zona cero del accidente nuclear, declaradas como áreas ‘de difícil regreso’. Oraciones al alba Los rezos por las almas perdidas comenzaron de forma silenciosa a primera hora del día en distintos puntos de las prefecturas que se vieron más afectadas, Fukushima, Miyagi e Iwate, frente a las que se situó el epicentro del terremoto del noreste nipón. Como cada 11 de marzo, al amanecer pudo observarse a personas en las orillas de las zonas costeras o en enclaves con vistas al mar, orando por el descanso de aquellos que las aguas del tsunami nunca devolvieron, o depositando flores en las placas conmemorativas instaladas en numerosas áreas que fueron devastadas. En la playa de Usuiso, en la ciudad de Iwaki (Fukushima), Reiko Endo, de 59 años, recordó a una amiga que perdió en el tsunami, mientras observaba las suaves olas de esta mañana. «Después de 14 años, finalmente puedo mirar al mar con una sensación de calma. (…) Normalmente no hablo mucho sobre el desastre, pero en este día, reflexiono sobre aquellos que fallecieron y siento gratitud por mi propia vida», declaró la japonesa a la agencia local de noticias Kyodo. La conmemoración del 14 aniversario del desastre se produce en un momento particularmente difícil para los residentes de la ciudad de Ofunato, en Iwate, donde un gran incendio forestal que ha afectado al 9 % de su territorio forzó la evacuación de miles de personas durante más de una semana hasta ayer, una vez se dio por controlado. El terremoto y tsunami dejaron en esa localidad más de 500 muertos y desaparecidos, además de cuantiosos daños materiales, y el reciente incendio trajo la catástrofe a la memoria de los vecinos. En varias localidades de la región se celebraron simulacros de desastre como vía para concienciar sobre estas situaciones. En la ciudad de Minamisanriku (Miyagi), un grupo de familiares de víctimas se reunió en la antigua oficina local de prevención de desastres, donde 43 personas murieron a causa de las olas del tsunami, que superaron los 16 metros allí. La prefectura de Fukushima, de donde son originarios la mayoría de los aún evacuados y los que han optado por adoptar sus lugares de acogida como nuevo hogar ante la imposibilidad de volver, las autoridades locales celebraron una ceremonia conmemorativa en la que participó el primer ministro, Shigeru Ishiba, y otras autoridades. «Las labores de reconstrucción tras el accidente nuclear requieren medidas a medio y largo plazo, y el Gobierno va a estar en primera plana para buscar una mejoría de las condiciones de vida de los desplazados mientras se lleva a cabo el desmantelamiento seguro y firme (de la planta de Fukushima)», dijo Ishiba en el acto, frente a un altar hecho con flores cultivadas en la región.










