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Javier Castillo, el último fenómeno del ‘thriller’, invita al lector a «abrir los ojos»

Imagen del escritor Javier Castillo. EFE/ Asís González Ayerbe/ Editorial Suma SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Magdalena Tsanis

Puerto de la Cruz (Tenerife), 28 sep (EFE).- Pasó en pocos años de autopublicarse a vender 2,5 millones de libros en español y ser traducido a más de 20 idiomas. Javier Castillo, el último gran fenómeno del ‘thriller’ en España, traslada a Tenerife su nueva novela, ‘El susurro de fuego’, un enigma que invita a «abrir los ojos».

El autor de ‘La chica de nieve’ (2020), cuya adaptación a serie en Netflix supuso su salto internacional, se mantiene fiel a su estilo, que combina suspense y altas dosis de emotividad y recorre parajes como el Parque Nacional del Teide, Los Gigantes, el Sendero de los Sentidos, La Orotava, Puerto de la Cruz o el Observatorio Astronómico.

Es la primera vez que el escritor malagueño ubica una de sus tramas en España y Canarias, adonde viajó con su familia el año pasado, le pareció la ubicación perfecta para una historia que pretende intrigar al lector pero también invitarle a avivar su fuego interno.

«Veo a la gente cada vez más apagada, con menos ilusión de hacer cosas, se ha perdido la esperanza, esa visión de futuro de que más adelante todo irá mejor y esa sensación de construir algo todos juntos para un mundo mejor», afirma en una entrevista con EFE.

Es algo que le preocupaba y quería buscar un lugar que transmitiera esa idea de anclarse a lo importante de la vida. «Aquí me di cuenta del poder que ruge bajo las islas y de que la vida va a otro ritmo», asegura uno de los autores de ‘thriller’ que más venden en la actualidad, junto al trío Carmen Mola y Juan Gómez Jurado.

La trama de ‘El susurro del fuego’ gira en torno a la desaparición de una joven astrofísica, Laura Ardoz, durante un viaje a Canarias de su hermano mellizo, que acaba de recibir su última sesión de quimioterapia y se disponen a recorrer la isla juntos para que él recupere la ilusión.

«El ‘thriller’ de suspense tiene tres elementos básicos: asesinato, secuestro o desaparición, y una pregunta sin respuesta, con eso puedes construir casi cualquier historia», sostiene el autor, que defiende las herramientas de un género que ayuda a la gente a que no abandone los libros, «algo muy difícil hoy en día».

De asesor financiero a escritor de ‘bestsellers’

Imagen del escritor Javier Castillo. EFE/ Asís González Ayerbe/ Editorial Suma SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Admirador de Stephen King y Agatha Christie, Castillo estudió empresariales y trabajaba como asesor financiero en una consultora cuando autopublicó en 2014 su primera novela, ‘El día que se perdió la cordura’, un experimento que nació del reto de escribir una historia con 86 giros de guion.

«Para mi era un juego, pero esa gracia hizo que a la gente le explotara la cabeza, era una sorpresa continua», señala. La editorial Suma (Penguin Random House) le compró los derechos y la publicó en 2017 y desde entonces ha distribuido todas sus novelas, incluida la saga protagonizada por Miren Triggs —’La chica de nieve’, ‘El juego del alma’ y ‘La grieta del silencio’—.

La adaptación de ‘La chica de nieve’ en Netflix se convirtió en la serie más vista del mundo en su estreno y dio lugar a una continuación con ‘El juego del alma’. El próximo 14 de noviembre la plataforma estadounidense estrenará una nueva serie con otra de sus novelas, ‘El cuco de cristal’, con un reparto encabezado por Catalina Sopelana, Alex García, Itziar Ituño e Iván Massagué.

«Con Netflix tengo la suerte de tener una relación superabierta, hablamos casi todas las semanas, lo considero mi casa», dice el escritor, que se implica en todo el proceso, desde el primer tratamiento de guion hasta el montaje.

Muy activo en redes sociales y con más de 400 mil seguidores en Instagram, también en la relación con los lectores se implica mucho.

«Recibo todos los días mensajes a las dos, a las cuatro de la mañana, de gente que se acaba de terminar el libro y está con lágrimas en los ojos», afirma. «Ese poder instantáneo de saber lo que siente la gente es el mayor chute de energía».

De familia humilde, Castillo cuenta que en su casa los estudios y la Universidad «no entraban en la ecuación». Tuvo trabajos, desde pastelero a camarero, para pagarse él mismo la carrera -una breve, de tres años, para trabajar lo antes posible- y la escritura siempre fue «un juego», nunca lo pensó como una profesión.

«Sentir que no tenía ese apoyo o ese colchón económico ha hecho que siempre me haya esforzado muchísimo; esa sensación de que esta es mi oportunidad, mi única oportunidad, es algo que me define, me ha moldeado y ha hecho que cada cosa me la tome al extremo. Y cuando escribo un libro, es lo único que existe».