Santiago de Compostela, 15 feb (EFE).- Decenas de jóvenes buscan fórmulas y tratamientos para luchar contra el cáncer y otras enfermedades en laboratorios del IDIS, el mayor centro de investigación médica de Galicia que el año pasado logró captar más de 50 millones de euros de fondos para su labor científica.
El IDIS, apoyado en la formación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y en la experiencia de las últimas décadas de varios hospitales públicos, incluido el CHUS (Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela), desarrolla actualmente unos 120 proyectos y cerca de 300 estudios clínicos en diversos ámbitos.
Constituido en 2008, el IDIS se ha convertido en dieciséis años en un catalizador de iniciativas científicas en el ámbito médico con un equipo actual de 1.283 investigadores, de ellos 56 extranjeros, según fuentes de ese centro.
Entre los investigadores figuran 385 predoctorales, en su mayoría de la USC, beneficiarios de becas y ayudas a proyectos e iniciativas públicas y privadas vinculadas a menudo con otros centros de investigación europeos y de otros continentes, junto con científicos más veteranos.
Manuel Rodríguez Pérez, un investigador postdoctoral, busca los factores que influyen en el cáncer de páncreas, entre los más mortíferos de esa enfermedad ya que solo uno de cada diez pacientes logra sobrevivir más de cinco años al detectar el tumor.
Integrado en un equipo que genera en laboratorio “modelos de tumores” sobre “muestras reales” obtenidas de pacientes con esa enfermedad del servicio de patología digestiva del CHUS, tras completar su carrera en la USC, Manuel Rodríguez intenta desarrollar “nuevas inmunoterapias” y “desentrañar los mecanismos que pueden estar afectando” a ese proceso, indica a EFE.
En otro equipo se encuentra la joven Andrea Estrella Arias Díaz, una investigadora predoctoral que también culminó su carrera en la USC y ahora busca tratamientos para mujeres con cáncer de ovario, tras constatar que generalmente “al inicio suelen responder bien” a la quimioterapia, pero en muchos casos es “común que desarrollen cierta resistencia”.
Manuel Rodríguez estuvo un tiempo trabajando en una empresa en Lisboa y en un centro de investigación en Hamburgo (Alemania) como parte de su etapa de formación, mientras que Andrea Arias hizo estancias en Madrid, Barcelona y Múnich (Alemania).
Ambos forman parte de esas nuevas generaciones susceptibles de ser captados por centros de investigación de países que destinan más medios, recursos y mejores salarios.
Una captación que puede contribuir a mejorar su formación, pero también a la fuga de talentos, la pérdida de competitividad y la falta de resultados en patentes, no tanto por la contribución pública en investigación y desarrollo, sino más bien por la falta de suficiente inversión privada.
