Río de Janeiro, 17 mar (EFE).- El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti tomó posesión este lunes de un sillón como miembro corresponsal de la Academia Brasileña de Letras (ABL), en un acto en Río de Janeiro en el que repasó la historia de ambos países, especialmente desde que recuperaron su democracia hace 40 años.

Sanguinetti, que fue postulado a miembro de la Academia por el expresidente brasileño José Sarney, recordó que ambos se conocieron hace 40 años, el 15 de marzo de 1985, cuando, en un momento dramático, el entonces vicepresidente electo de Brasil tuvo que asumir como jefe de Estado en el lugar del hospitalizado Tancredo Neves, que moriría pocos días después.

“Estaba a punto de dormir y en la habitación del hotel (en Brasilia) me avisaron que el presidente no podría asumir porque estaba ingresado y grave, y en la televisión había un debate sobre quién tenía que asumir y se hablaba de una grave acefalia. Por eso conocí a Sarney en un momento difícil y dramático para Brasil”, dijo.
Afirmó que entre ambos surgió una gran amistad debido a que asumieron con tan solo 15 días de diferencia y fueron los primeros presidentes civiles tras varios años de regímenes militares en sus países.
El expresidente uruguayo recordó igualmente que ambos, junto al entonces presidente argentino, Raúl Alfonsín, le dieron impulso al proceso de integración en Sudamérica, del que surgiría el Mercosur, y a un proceso de desmonte de los temores que impedían la unión, especialmente del recelo argentino al ‘imperio brasileño’.
“En la época se creó un clima (de integración) como nunca antes había existido”, dijo.
Sanguinetti aseguró que, pese a que Brasil es un desconocido para el resto de países de América, donde conocen su tamaño pero no su historia, particularmente obtuvo un amplio conocimiento del país vecino gracias a que se nutrió de diferentes escritores brasileños, entre los que citó al también expresidente Fernando Henrique Cardoso, a Sérgio Buarque de Holanda y al “gran” Guimarães Rosa.
Dijo igualmente que se nutrió de los poetas románticos de la Bossa Nova, que fueron los poetas de su juventud.
Según Sanguinetti, para un país que vive entre Argentina y Brasil, “ser uruguayo no es ser una condición, sino una profesión”.
Recordó que el territorio uruguayo llegó a ser disputado por sus dos gigantes vecinos y que finalmente consiguió consolidar su independencia y soberanía gracias a que el entonces canciller del imperio brasileño, el barón de Río Branco, reconoció los tratados que negaban que su país hiciese parte de Argentina.
Afirmó que por ese motivo Uruguay declaró duelo nacional tras la muerte del barón de Río Branco y hasta bautizó una de sus ciudades con el nombre del político brasileño.
Sanguinetti asumió la silla número ocho de miembro corresponsal de la Academia Brasileña de las Letras, que pertenecía al escritor rumano Augustin Buzura (1938-2017), y se juntará a los otros 19 miembros extranjeros, entre ellos el francés Edgar Morin, el mozambiqueño Mia Couto, el peruano Mario Vargas Llosa y el español Antonio Maura.