Buenos Aires, 7 oct (EFE).- La Justicia resolvió este martes procesar al cabo de la Gendarmería de Argentina Héctor Guerrero, acusado de herir de gravedad al fotoperiodista Pablo Grillo durante una protesta en Buenos Aires el 12 de marzo pasado.
Guerrero fue procesado sin prisión preventiva y embargado por la suma de 203 millones de pesos (139.000 dólares).
La jueza a cargo de la causa, María Servini, dio por probado que el gendarme fue el autor del disparo de la granada de gas lacrimógeno que hirió de gravedad a Grillo, que lo hizo de forma horizontal y antirreglamentaria, “a sabiendas de que con su accionar podía poner en riesgo la integridad física de cualquiera de las personas que se hallaban frente a él, o incluso la vida”, según expresa el fallo, al que accedió EFE.
En su resolución, la magistrada descartó el argumento ofrecido por Guerrero en su declaración indagatoria sobre su dificultad para observar a los manifestantes durante el episodio.
«Puede apreciarse sin ninguna duda que Guerrero efectuó el disparo de forma antirreglamentaria en dirección hacia la cual se hallaban los manifestantes, con una visibilidad más que clara, sin haber ni humo ni agua ni ninguna otra sustancia u obstáculo que pudiera haber evitado que el nombrado detectara la presencia de una gran cantidad de personas en la dirección hacia la que disparó”, expresó Servini.
Además, comprobó en su investigación que durante el accionar de las fuerzas de seguridad el 12 de marzo el cabo disparó contra los manifestantes otras cinco veces de forma antirreglamentaria.
Por último, la jueza destacó que el cabo estaba capacitado y formado para disparar este tipo de armas.
El incidente tuvo lugar durante una manifestación que reclamaba mejores condiciones para los jubilados del país suramericano.
Días después de aquella jornada, que terminó con 46 manifestantes heridos y 124 detenidos, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, defendió el accionar policial y aseguró que Guerrero había disparado en dirección al cielo, con un ángulo de 45 grados.
Durante el operativo, las fuerzas utilizaron escuadrones de infantería equipados con gas pimienta, armas con balas de goma y lanzagranadas.
Grillo fue sometido desde entonces a numerosas cirugías y enfrenta aún importantes secuelas neurológicas y una larga recuperación por delante.