Fermín Cabanillas
Sevilla, 30 mar (EFE).- Conseguir que lleguen a España más libros escritos por autoras francófonas es una tarea en la que influyen muchos factores, como explica la escritora francesa Kaoutar Harchi, que lamenta la “desigualdad” que hay en este aspecto, donde “los hombres blancos” lo tienen más fácil.
Lo ha explicado en una entrevista con EFE en Sevilla, donde la Fundación Tres Culturas y el Consulado General de Francia en Sevilla-Instituto Francés han organizado la presentación de su última novela ‘Tal como existimos’, un paseo autobiográfico por su infancia y adolescencia que podría ser “el de muchas niñas de la época que crecieron al mismo tiempo”.
Harchi reflexiona sobre los problemas que tienen muchas mujeres escritoras para conseguir que sus obras lleguen a España traducidas, y cree que “la traducción también es una cuestión política, más allá del marco literario, porque la traducción quiere decir dinero también”.
“Muchas veces las editoriales no disponen de un catálogo extranjero, lo que ocurre en el campo de la literatura que se trata en España, de Francia o de Alemania”, y va más allá para afirmar que esto es también ”un campo social, jerarquizado, donde hay una jerarquía entre los autores”.
Así, lo tienen más fácil en esa jerarquía “los hombres blancos, y hay otros autores que cuentan menos, quizás porque son mujeres”, y de todo eso “nace esa desigualdad entre escritores, desigualdad que, finalmente, tiene un impacto a nivel de la circulación de los libros tanto a nivel nacional como extranacional”.

La infancia de muchas niñas como ella
En ‘Tal como existimos’, Kaoutar Harchi construye un relato en el que narra cómo la niña y adolescente que fue vio todo lo que pasaba a su alrededor desde sus primeros años, contando tanto la relación con sus padres como la vida en las calles, e incluso la violencia policial, incluyendo la cruda historia de la muerte de un amigo a manos de la Policía por hacer demasiado ruido y molestar a los vecinos.
De hecho, la visión del lector sobre que no es una novela que cuente su historia, sino la de todas las niñas de su edad, la comparte: “Creo que el libro está en su totalidad atravesado por esa pregunta”, la pregunta sobre “hasta qué punto instituciones como la escuela, la Justicia, la Policía, tiene un impacto en la vida de esas familias, de esos niños, salidos de un contexto post colonial”, por lo que “esa historia es interesante en el sentido de que es también la historia de tantas otras niñas”.
“Es una historia que habla de la violencia social, de la mirada que se dirige a estas niñas musulmanas, de las injusticias no solamente hacia las niñas, sino también hacia los niños”, de modo que, seguramente, “si le preguntan ustedes a esos niños y a esas niñas, seguramente tendrían también muchas historias similares a la mía que contar”.
Todo ello le ha valido que la crítica francesa califique la novela como “un relato profundamente conmovedor”, en la que narra su infancia y adolescencia como mujer de origen inmigrante y obrero, y se adentra en el despertar de su conciencia política, así como en la complejidad de los relaciones paterno-filiales.
La “influencia” de un colegio católico
Unas páginas en las que se aprecian historias llamativas, como cuando sus padres la matricularon en un colegio privado y católico buscando buenas influencias en su futuro y alejarla de colegios con más mezcla étnica, aunque la autora afirma que “no tuvo ningún efecto en mí”, además de que era “un espacio de violencia y de acoso”, y eso le hizo “tomar conciencia de que el espacio escolar no es tal como se suele describir, es también un espacio de dominación, de competencia, y muy alejado de esa imagen idílica” que se tiene de ese tipo de centros.
Con todas esas historias, Kaoutar Harchi ha construido la historia de las raíces de su vida y ahora trabaja para ser una de las referencias de las letras en francés con nombre de mujer y también entre el público español.