Aranda de Duero (Burgos), 06 sep (EFE).- La VIII Gran Fiesta de la Vendimia de la Ribera del Duero se ha convertido en una reivindicación del vino como cultura, como resultado del esfuerzo durante todo el año y como una gran excusa para reunirse y celebrar copa en mano.
Ese ha sido el argumento ensalzado por los dos grandes protagonistas de la jornada, los actores Emilio Gutiérrez Caba y Karra Elejalde, que han recibido los nombramientos de Ribereño del Año y Embajador de la Ribera del Duero, respectivamente.
Durante su intervención ante el público que ha llenado la Plaza Mayor de Aranda de Duero (Burgos), donde instantes más tarde se ha procedido al pisado de las uvas y la degustación del primer mosto del año, ambos han ensalzado las virtudes de un producto que culmina un trabajo de todo el año.
Elejalde, que ha adaptado su título de Embajador autonombrándose ‘Ensubidor’ de la Ribera del Duero, se ha mostrado honrado de su designación por una Denominación de Origen que conoció en 2022 cuando en la Seminci de Valladolid le dieron su peso en vino por su papel en la película ‘Vasil’.
Y ha asegurado que la DO Ribera del Duero le ha «enseñado a paladear sus vinos y a disfrutarlos».
Vinos con final redondo
Como profesional del mundo del cine, ha afirmado, «sabe reconocer un buen final», y ha asegurado que «un Ribera siempre deja un final redondo», al tiempo que ha admitido que disfruta de un vino sin prisas, como de la vida.
«Un buen vino no solo se bebe, se huele, se conversa con él, se escucha, se agradece, y más si viene de una tierra como esta, donde cada botella es un pedacito de historia, de paisaje y de pasión embotellada», ha proclamado.
Por ello, se ha comprometido a brindar por la Ribera del Duero en cada rodaje, en cada entrevista y en cada sobremesa porque este lugar y este vino merecen ser celebrados en voz alta, ha clamado, y la vendimia no es solo recoger uvas, es la culminación de un esfuerzo de todo un año y el momento crucial donde se define la calidad del producto que se obtendrá.
«Pero también es recoger historias, es reunir a la familia, es volver a los orígenes. Permitidme que os diga algo desde el corazón, en un mundo que va cada vez más deprisa, qué regalo tan grande es poder parar, alzar una copa, mirar a los ojos y brindar, brindar por lo que fuimos, por lo que somos y por lo que aún está por venir, porque el vino, como la vida, se disfruta más cuando se comparte», ha reiterado.
Un compromiso perpetuo
Emilio Gutiérrez Caba, por su parte, ha recordado sus vínculos con la tierra, aludiendo a su origen vallisoletano, y a su hermana, Julia, que rodó en 1963 la película ‘Nunca pasa nada’ en Aranda de Duero.
Ha reconocido la extraña sensación que le producía haber estado vinculado con otras zonas vitivinícolas, bien por su participación en series ambientadas o por haber sido pregonero.
«Yo que soy de Valladolid estaba un poco dolido porque aquí en mi tierra, pues no se me daba nunca nada. Y ha sido una ocasión magnífica de que me honréis, a la denominación y a vosotros, al Ayuntamiento de Aranda de Duero, por esta espléndida unión, sobre todo a nosotros en el cine que bebemos vino falso en las tomas, para nuestra desgracia, de pronto verse honrado con vino de verdad», ha asegurado.
En una breve intervención ante el público, Gutiérrez Caba ha asegurado ser un motivo de orgullo y placer haber sido agasajado, y se ha comprometido a estar siempre con Ribera, porque el vino, el hombre, la humanidad, a quien le pese, nunca se va a extinguir, ha afirmado.
«Luchemos contra la injusticia, luchemos por la verdad, por la justicia y por el vino. Yo por eso os pido un brindis en el alma con este Ribera del Duero fantástico, y conmigo gritad. ¡Viva el vino! ¡Viva la Ribera del Duero! ¡Viva Aranda del Duero! ¡Viva! Gracias, hasta pronto», ha concluido.