Kei cars: los minicoches que arrasan en Japón y podrían dar el salto al mercado global

El modelo Pino de Nissan, uno de sus "minicoches", en la sede de la compañía durante su presentación en 2007. EFE/Franck Robichon

Antonio Hermosín Gandul

Tokio, 2 may (EFECOM).- Los ‘kei cars’, coches de cilindrada y tamaño reducidos, acaparan un tercio de las ventas del motor en Japón. El CEO de Renault, Luca de Meo, apuesta por este formato para democratizar los automóviles eléctricos en el mercado europeo, mientras el gigante chino BYD lanzará también su propia línea de estos minivehículos.

De Meo ha ensalzado en varias ocasiones el potencial de este tipo de automóviles y además de anunciar un modelo de Renault de estas características para 2027, afirmó que la industria europea del motor “debe inspirarse en Japón y en sus vehículos pequeños urbanos” de cara a superar la crisis que atraviesa, en una carta abierta enviada al Parlamento Europeo (PE) el pasado junio.

El éxito comercial de los ‘kei cars’ en Japón y su posible salto al mercado europeo contrasta con la política comercial de Donald Trump, que está presionando a Tokio para que importe más vehículos ‘Made in America’, cuyo tamaño y potencia son mucho mayores de lo que demandan los conductores nipones.

¿Qué son los ‘kei cars’?

Conocidos como ‘keijidosha’ o ‘kei cars’ en Japón, estos vehículos ligeros son una categoría producida específicamente para el mercado automotor japonés y establecida en 1949 como solución económica de transporte tras la II Guerra Mundial.

La normativa japonesa establece límites muy precisos para estos vehículos: no pueden superar los 3,4 metros de longitud, 1,48 metros de ancho y 2 metros de alto, mientras que la cilindrada máxima del motor está limitada a 660 cc y su potencia a 64 CV.

Estas restricciones técnicas, fijadas por el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón, permiten que los propietarios de ‘kei cars’ se beneficien de impuestos y primas de seguros muy reducidos, y además los exime de la obligatoriedad de contar con plaza de garaje (salvo en Tokio y otras grandes ciudades).

Los ‘kei cars’ se distinguen visualmente por sus matrículas especiales, de color amarillo, por sus ruedas más pequeñas y por su diseño cúbico y poco aerodinámico, dirigido a maximizar el espacio interior de pasajeros y de carga.

¿Cuál es la clave de su éxito?

En 2023 se vendieron en Japón 1,74 millones de minivehículos, más del 35 % de todas las ventas de automóviles nuevos en el país, según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón (JAMA). El modelo más vendido de este tipo volvió a ser el N-Box de Honda, segundo mayor fabricante nipón.

Su alta cuota de mercado se atribuye a su precio reducido, eficiencia energética, bajos costes de mantenimiento y exenciones fiscales. A ello se suma su maniobrabilidad en las calles y carreteras estrechas características de las vías urbanas del archipiélago nipón.

En los últimos años se han popularizado además los modelos con motores híbridos o con batería eléctrica.

Todos estos atributos, y la enorme variedad de modelos de minivehículos utilitarios, hacen que se sitúen también entre los más empleados en el sector servicios -principalmente en la logística y el transporte- e incluso en la construcción.

 ¿Tienen recorrido fuera de Japón?

Pese a ser comercializados exclusivamente para el mercado doméstico y dentro de las citadas regulaciones nacionales, los ‘kei cars’ han atraído un interés creciente de conductores y fabricantes foráneos, en línea con las tendencias globales de eficiencia energética y de electrificación.

Aunque los fabricantes automotrices nipones no exportan directamente estos modelos, son distribuidos en el extranjero a través de plataformas de venta de vehículos importados y de comerciantes de segunda mano, y gozan de cierta popularidad en mercados como el de Estados Unidos, Australia o el sudeste asiático.

Luca De Meo aludió al menor impacto ambiental y reducido precio de mercado -“de hasta la mitad de un modelo de rango medio”- que tienen estos vehículos, pero también señaló que existen barreras legislativas en la Unión Europea para minivehículos al estilo japonés.

La normativa nipona permite a los ‘kei cars’ circular en autopista y autovía, donde los límites de velocidad suelen estar entre los 80 y los 100 km/h. Esto contrasta con las vías rápidas europeas, con topes de velocidad mayores y donde tienen restringido el acceso los ‘microcoches’ o cuadriciclos ligeros (también conocidos como ‘coches sin carné’).

Mientras que fabricantes nipones como Suzuki o Daihatsu han estudiado la posibilidad de llevar a Europa sus minivehículos, el chino BYD, el mayor productor mundial de automóviles eléctricos, anunció el pasado día 24 su plan para entrar en el mercado nipón de los ‘kei cars’ en 2026.

Los minivehículos eléctricos de BYD serán los primeros modelos desarrollados por esta compañía para un mercado nacional específico. Esto muestra la importancia de Japón para el gigante chino, y puede que también sea un adelanto de lo que está por llegar para otros mercados.