Bucarest, 10 feb (EFE).- El conservador Klaus Iohannis, de 65 años, quien dimitió este lunes como presidente rumano en funciones, fue durante años la gran esperanza política del país con su proyecto político de una “Rumanía educada”, aunque acabó siendo muy impopular.

El exalcalde de Sibiu, una ciudad en la región de Transilvania, decepcionó a muchos ciudadanos, especialmente en su promesa de combatir la corrupción, un tema clave en su llegada al poder en 2014 y luego en su reelección en 2019.
Si bien Iohannis lideró en su momento las protestas contra los intentos del entonces gobernante partido socialdemócrata PSD de debilitar el sistema anticorrupción, más tarde selló e impulsó desde la presidencia una “gran coalición” con ese partido, liderada por su propia formación, el PNL.
Como resultado, su popularidad se fue desplomando y según las más recientes encuestas, apenas un 20 % de los rumanos confiaban en él en la recta final de su presidencia.
Proveniente de una familia de la minoría alemana, Iohannis entró en política de la mano del Foro Democrático de los Alemanes de Rumanía (FDAR), al frente del cual fue elegido en 2001 alcalde de Sibiu, su ciudad natal.
Bajo el mandato de Iohannis, esta ciudad fundada por colonos germanos y situada en el centro del país, se convirtió en un destino turístico de referencia y fue Capital Europea de la Cultura en 2007.
Sus años al frente de una ciudad provincial, lejos de los grandes partidos rumanos, le labraron una reputación de buen gestor independiente y político conciliador que lo convirtió en una pieza codiciada en la política nacional rumana.
En febrero de 2013, Iohannis se afilió al Partido Nacional Liberal (PNL), que por entonces formaba Gobierno con los socialdemócratas.
Iohannis fue alcalde de Sibiu hasta 2014, cuando se presentó como candidato en las elecciones presidenciales, en las que por sorpresa se impuso al candidato socialdemócrata, Victor Ponta.
Su discurso reposado y un talante sereno poco habitual en la tumultuosa vida política rumana supusieron una bocanada de aire fresco para muchos ciudadanos.
Iohannis, casado desde 1989 con una profesora de Inglés, fue el primer presidente rumano proveniente de una de las minorías étnicas del país balcánico, miembro de la Unión Europea y de la OTAN.