Washington, 14 ago (EFE).- La Unión Estadounidense por las Libertades (ACLU, en inglés) calificó de «peligrosa» para los civiles la intervención de casi 2.000 miembros de la Guardia Nacional ordenada por el presidente Donald Trump en Washington D.C., cuyos agentes comenzarán a patrullar con armas de fuego.
La organización no gubernamental señaló -en un comunicado- como un «riesgo» para la población que los soldados salgan a las calles con «armas que se disparan sin que nadie accione el gatillo» y por lo que han sido prohibidas para su uso en zonas civiles.
La ACLU calificó como «falsa» la emergencia de seguridad bajo la que el presidente justificó la toma federal del Departamento de la Policía Metropolitana de la capital estadounidense y dijo que es «preocupante» que se desconozcan detalles de «la misión de la Guardia y las reglas que los rigen».
Este viernes, el Departamento de Defensa confirmó a EFE que los soldados comenzarán a portar sus armas de servicio pero no se informó sobre cuándo pasará o los motivos de la decisión.
El pasado 11 de agosto, Trump tomó el control de la seguridad de Washington, por treinta días inicialmente, amparándose en una ley que le permite intervenir en la ciudad con la justificación de que existe una «emergencia» por la alta criminalidad.
La decisión del presidente llegó pese a que los datos oficiales de la policía local registran un descenso moderado de la violencia homicida en Washington D.C. y las cifras han sido consideradas como las más bajas en los últimos treinta años.
La toma de la policía tiene un plazo inicial de un mes pero este viernes el mandatario dijo a periodistas que buscará ampliar el plazo y para ello buscará el aval del Congreso, en el que el partido Republicano tiene la mayoría en ambas cámaras.
De acuerdo con los más recientes datos de la fiscal general, Pam Bondi, el número de arrestos en la ciudad asciende a 719 desde que se inició el operativo y se han decomisado 91 armas ilegales.
Solo ayer, el ICE detuvo a 36 personas, mientras activistas y organizaciones denuncian que se está aprovechando la medida para detener a inmigrantes que no tienen nada que ver con el crimen en la capital.
Trump presumió de estos datos y no descartó extender el operativo a otras metrópolis, como Chicago o San Francisco.
Al igual que Washington, Chicago y San Francisco son ciudades de estados demócratas y en las tres ciudades los datos de criminalidad se sitúan por detrás de otras como Memphis, en el estado de Tennessee; St. Louis, en Misuri; o Detroit, en Michigan. Todas republicanas y de las que no se habla.